La Habana.- Cuba respaldó ayer la labor de sus diplomáticos expulsados de México, rechazó cualquier violación de las leyes o la soberanía de ese país y advirtió que la «falacia será aplastada».

«En el momento adecuado, las mentiras recibirán respuesta, en el momento apropiado la falacia será aplastada, con la fuerza de la verdad y los argumentos», afirmó el canciller cubano, Felipe Pérez Roque.

«La verdad es el arma más poderosa del pueblo cubano y será empleada», insistió el ministro, durante un acto de bienvenida al embajador en México, Jorge Bolaños.

Bolaños, expulsado por el gobierno mexicano, fue recibido en el aeropuerto de La Habana por la jerarquía en pleno del Ministerio de Relaciones Exteriores y altos cargos del Partido Comunista de Cuba.

México decidió el domingo retirar a su embajadora en Cuba y expulsar al representante cubano abriendo la mayor crisis diplomática bilateral de la historia, en protesta por lo que consideró injerencias de Cuba en asuntos internos del país.

[b]Niega forme bloque[/b]

El secretario de Gobernación, Santiago Creel, negó ayer que México forme parte de un bloque internacional para derrocar al régimen cubano.

«De ninguna manera se puede hablar de un bloque, no formamos ningún bloque para tomar esta decisión (la congelación de las relaciones con Cuba), fue una decisión autónoma, independiente», respondió Creel a preguntas de la prensa.

Los principales diarios mexicanos destacaron ayer que Estados Unidos podría utilizar la decisión de México y Perú de retirar a sus embajadores en la isla como un ejemplo para que otros países se unan contra Cuba.

El canciller cubano rechazó ayer las acusaciones de México e insistió en que Bolaños y su equipo trabajaron en aquel país «con pleno respeto a la normas que rigen la conducta diplomática, con pleno respeto a las leyes mexicanas y con pleno respeto a la soberanía de ese pueblo hermano».

«Los recibimos con la certeza de que su labor en México en todo momento estuvo dirigida a trabajar en favor de las relaciones entre ambos pueblos», añadió el ministro.

«Ningún uso manipulado y tendencioso de la mentira podrá impedir que los pueblos de México y Cuba, que la revolución cubana y el pueblo de México que tanto la apoyó y la ha seguido hasta hoy, continúen desarrollando sus relaciones», dijo.

Pérez Roque agradeció también el trabajo de Orlando Silva, consejero de político de la embajada cubana en México, expulsado ayer por las autoridades mexicanas y declarado «persona non grata» por supuestas actividades incompatibles con su estatus.

Por su parte, Jorge Bolaños aseguró que llegó a Cuba «contento», no «afligido ni derrotado» sino con «la frente muy alta».

El diplomático cubano, que tiene rango de viceministro, denunció la existencia de una «estrategia» con relación a Cuba y pidió al pueblo mexicano que se mantenga en alerta para preservar las históricas relaciones entre ambos países.

«El colectivo de la misión que allí quedó está dispuesto a continuar en todo lo que sea posible nuestras relaciones, nada se interrumpirá por parte de Cuba», afirmó.

Tras la expulsión de Bolaños y del consejero político de la embajada, la representación cubana en México está encabezada por un encargado de negocios, al igual que la embajada mexicana en La Habana.

La crisis diplomática estalló el domingo, un día después de que el presidente cubano, Fidel Castro, criticara la política exterior mexicana durante su discurso del Primero de Mayo.

Sin embargo, a la vista del intercambio de acusaciones entre La Habana y México, el factor decisivo fueron las repercusiones que tuvo la deportación desde Cuba la semana pasada del empresario mexicano Carlos Ahumada, acusado de fraude y corrupción, y las actividades de dos presuntos «agentes» cubanos en el país.

El caso Ahumada ha enfrentado al conservador gobierno federal con las autoridades de la Ciudad de México, gobernada por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).

En medio de la crisis, La Habana ha deportado a otros dos ciudadanos mexicanos detenidos en Cuba y supuestamente vinculados con el caso Ahumada.

Son Antonio Martínez Ocampo, deportado ayer, considerado socio del empresario, y Enrique Arcipreste del Abrego, acusado también de fraude por las autoridades de la capital mexicana.

Ambos «cooperaron» en las investigaciones abiertas por La Habana, según el gobierno cubano, que no ha desvelado detalles sobre el alcance de esta supuesta «cooperación» ni el contenido de las declaraciones de los tres deportados.