Cuba el 26 de julio (2 de 2)

Cuba el 26 de julio (2 de 2)

POR MARTHA PÉREZ
Cuba vive hoy ante los ojos del mundo, frente a unas miradas fijas, penetrantes y amenanzantes; y a otras miradas profundas y perdidas en el horizonte; para unos, como una gran incognita por despejar pero aún sin las fórmulas matemáticas que lo faciliten; para otros como una caja de sorpresas impredecible de decifrar su contenido. Y para el resto,  como una gran reserva moral, ejemplo de firmeza, de arrojo y de patriotismo en la defensa de su independencia y soberanía.

Resulta paradójico para muchos, el hecho de que, habiendo el gobierno y el pueblo cubanos confrontado tantas presiones y tensiones durante más de cuarenta años, no decidan la «salida más fácil» que sería poner fín a su sistema socialista e instaurar la democracia política.

Decimos la democracia política, porque el pueblo cubano no vive una dictadura sino un sistema socialista con importantes niveles de democracia; veamos los servicios como salud, educación, cultura; aspectos que muchos regímenes democraticos en el mundo no pueden garantizar en su totalidad a sus pueblos.

Además, no podemos olvidar que todo lo que el género humano alcanza a base de puro trabajo y sacrificio, lo defiende a uñas y dientes; por eso los dominicanos defendemos nuestra democracia, nuestra independencia y soberanía;  y nos pronunciamos cuando parecen ponerse en peligro. Lo que Cuba logró con el triunfo de la revolución le costó mucho sacrificio, sangre, vidas. Sólo los cubanos conocen el costo humano, social, político y económico de su proceso. Es una cuestión de libertad, soberanía e independencia, que merecen respeto entre los pueblos. Por eso cada 26 de julio y 1ro. de enero, los cubanos reivindican -pese a las situaciones adversas- el sacrificio y la lucha por mantenerse en lo que creen; independientemente de que estén entre los pocos en el mundo.

Aún en el marco de las precariedades hacen grandes esfuerzos por colocarse al ritmo de los avances científicos y tecnológicos del mundo de hoy. Y han sabido reconocer sus deficiencias, sus errores y sus dificultades.

Desde el punto de vista de las luchas de los pueblos por la libertad, la independencia y la soberanía, la conmemoración del 26 de julio tiene una especial singularidad para los cubanos. Y el pueblo dominicano se solidariza con esa conmemoración y la hace suya en base a una identidad muy de  nuestros dos pueblos que tienen raices tan profundas que rebasan el marco de las diferencias ideológicas y políticas; identidades que se fundamentan en la coincidencias de factores étnicos, culturales, geopolíticos e históricos; que supieron demostrarse y guardar mutuamente el General dominicano Máximo Gómez y el Apostol cubano José Martí.

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