LA HABANA, (AFP).- El cumpleaños 80 de Fidel Castro el domingo se reflejó este sábado en una conmemoración alegre en la prensa cubana, muestras fotográficas y un gran concierto, en víspera de una multitudinaria jornada laboral en momentos en que el poder fue delegado en su hermano por problemas de salud.
«No será un gran festejo, porque el cumpleaños del Comandante lo celebraremos en diciembre (…), pero tampoco será una jornada de solemnidades y tristezas», afirmó el ministro cubano de Cultura, Abel Prieto, al referirse a las actividades previstas por los 80 años de Castro el domingo.
Prieto habló en la inauguración en la Fototeca de Cuba de la exposición «Momentos», donde 100 fotografías muestran a «un Fidel visto por lentes distintos, a caballo entre la épica y la lírica», a decir del poeta y etnólogo cubano Miguel Barnet.
En la exposición, una de las tres abiertas en La Habana por el cumpleaños -las otras se titulan «Ochenta primaveras de un joven rebelde» y «Para un Quijote»- Prieto no ofreció detalles sobre la salud del gobernante, pero afirmó que «con seguridad se está recuperando».
Castro «se levantó» de la cama donde convalece de una cirugía intestinal y da pasos por la habitación, según el testimonio de un enigmático amigo citado este sábado por el diario Granma, que al igual que Juventud Rebelde colmó sus planas de trabajos alegóricos al cumpleaños.
Bajo el título «Absuelto por la historia», Granma también publicó un suplemento de ocho páginas en que reseñó unas 120 opiniones de personalidades políticas, culturales, deportivas, músicales y religiosas de Cuba y el mundo, incluyendo ex presidentes de varios países, líderes comunistas y comandantes de la revolución cubana.
El ministro también se refirió al gran concierto que se realizará esta noche en la Tribuna Antiimperialista, ubicada frente a la Oficina de Intereses (SINA) de Estados Unidos en La Habana. Será «un gran homenaje a Fidel», aseguró.
En la velada actuarán 80 solistas y agrupaciones cubanas de distintas generaciones y géneros musicales, entre ellos la diva del Buena Vista Social Club, Omara Portuondo; el pianista Frank Fernández y la trovadora Sara González, una de las favoritas de Castro.
Las actividades por el cumpleaños, incluido el homenaje cultural preparado por la fundación del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín (1919-1999), fueron transferidas -a solicitud de Castro- para el 2 de diciembre, 50 aniversario de la expedición del yate «Granma».
Pero el onomástico se festejará en la isla «con todos los hierros» (‘a todo tren’), según declaró a la televisión cubana el popular actor Mario Limonta.
Además de las exposiciones fotográficas y el concierto de la Tribuna, se convocaron movilizaciones masivas para el domingo en todo el país hacia tareas sociales y productivas, entre ellas de higienización en los barrios y de apoyo a la campaña nacional contra el mosquito Aedes aegyptis, transmisor del dengue.
Unos 100.000 trabajadores de la industria azucarera realizarán el domingo una gigantesca movilización de «trabajo voluntario» en tareas de siembra, limpia y fertilización en toda la isla, anunció el ministro Ulises Rosales del Toro.
La movilización fue convocada en momentos en que Cuba, aprovechando la bonanza de los precios azucareros internacionales, busca triplicar en dos años su menguada producción de azucar -extraoficialmente este año de 1,3 millones de toneladas- con inversiones en la industria y ampliando sus áreas de cultivo.
Planes para matarlo
LA HABANA, (AFP).- Con puros envenenados, explosivos, balas de fusil o bellas espías, Fidel Castro ha sido blanco de 640 planes de sus enemigos para matarlo, según su servicio de seguridad, pero el presidente cubano llega vivo el domingo a los 80 años, aunque convaleciente de una enfermedad.
Las historias sobre los planes de magnicidio se asemejan a filmes de ciencia ficción y algunos fracasaron «a pocos metros del objetivo», según una demanda que presentó La Habana en 1999 contra Washington.
Uno de ellos consistió en tratar de matar a Castro con habanos envenenados que le fueron obsequiados en una ocasión a principios de la revolución, allá por inicios de la década de los años 60 cuando era un fumador empedernido.
El libro «El mérito es estar vivo», del periodista cubano Luis Báez, que incluye entrevistas con agentes de la CIA, narra casos como aquel en que se trató de envenenar a Castro en 1959.