La Habana (EFE).- Cuba se ha volcado en el combate contra el dengue que azota varias regiones de la isla en vísperas de la XIV Cumbre del Movimiento de los No Alineados, que comienza el lunes y reunirá en La Habana a más de 3.000 invitados, entre ellos, más de 50 mandatarios.

“Hay un brote importante en La Habana y hay focos también en Santiago de Cuba y Ciego de Avila”, dijeron a Efe fuentes médicas.

Los síntomas del dengue son parecidos a los de la gripe, con fiebre, dolores articulares, de cabeza y, en ocasiones, erupciones cutáneas.

La variante más peligrosa es el dengue hemorrágico, que provoca hemorragias y vómitos y puede llegar a ocasionar la muerte. Los posibles afectados son sometidos a análisis de sangre y, en caso necesario, sus viviendas se ponen en cuarentena.

Las fuentes consultadas apuntaron que se han extremado las medidas de prevención y combate contra la proliferación de la enfermedad, transmitida a través del mosquito aedes aegypty.

Bajo el lema de “La ciudad también es tu casa, consérvala limpia” las autoridades y las organizaciones de masa impulsan una fuerte campaña de divulgación para reducir los focos de infección.

Aunque no se han hecho públicas cifras de afectados, medios locales han informado en las últimas semanas de movilizaciones para eliminar los reservorios de agua limpia, donde anida el mosquito, mientras trabajadores de la salud fumigan con intensidad en todo el país.

La tarea se ha intensificado antes del comienzo de la Cumbre de los No Alineados, que se desarrollará entre el 11 y el 16 de septiembre en La Habana, con la presencia de más de 50 jefes de Estado, “la mayoría” de los 116 países miembros, quince países observadores, cinco organizaciones internacionales y dos movimientos de liberación nacional.

En La Habana, avionetas sobrevuelan varias veces al día distintos puntos de la ciudad para hacer fumigaciones aéreas mientras camiones hacen una labor similar en las calles.

En Santiago de Cuba, la segunda ciudad del país, más de 2.500 personas trabajan en la limpieza de posibles focos de mosquitos con el apoyo de universitarios a los trabajadores de la salud en la fumigación y control de casas cerradas.

En Ciego de Avila (centro del país) se lleva a cabo, según la Agencia de Información Nacional (AIN), “una masiva movilización” para el trabajo de limpieza e higiene casa por casa, mientras se procede a la recogida de escombros, la fumigación en viviendas y centros laborales.

En Sancti Spíritus, unos mil trabajadores son apoyados por brigadas sanitarias de la Federación de Mujeres Cubanas; dirigentes barriales; de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y estudiantes.

Además, se han establecido puntos de fumigación en las principales vías de acceso a la provincia y se han aumentado los mecanismos para detectar al insecto.

En Las Tunas, en el oriente de la isla, trabajan más de 8.000 especialistas, técnicos y trabajadores de diversos organismos en tareas similares y en Holguín se han repartido manuales sobre las medidas que debe tomar la población, según medios locales.

Las fuentes consultadas indicaron que se han detectado brotes de la enfermedad en Pinar del Río, en el occidente, donde se realizan campañas masivas de limpieza y fumigación.

El pasado 31 de agosto, el vicepresidente cubano Carlos Lage llamó a lograr de forma “urgente” la disminución del aedes aegypti y pidió a la población que se involucre en esta tarea.

Lage indicó en una reunión de trabajo que Cuba se enfrenta a un reto “inmediato, urgente, de la mayor prioridad, que es disminuir la infección de aedes aegypti y casi llevarlo a cero”.

Según datos oficiales, la última gran epidemia de dengue en Cuba se registró en 1981, cuando se contabilizaron 10.312 casos con 158 fallecidos en todo el país.

Las autoridades cubanas acusaron entonces a EEUU de haber introducido la enfermedad en la isla.

En 1997, en Santiago de Cuba, se contabilizaron 205 casos y 12 fallecidos, y entre 2001 y 2002, 81 casos con 3 muertes.