POR ALEXIS MÉNDEZ
Los cubanos han sentido un amor especial por el arte de Serrat. Quizás ese amor nació aquel Junio de 1973, cuando su canto filosófico se vio frente a más de 20,000 personas en el parque de la Habana. Lo sienten suyo. El catalán, para ellos, es un símbolo que ha vivido colgado en su «Cubanía» de la mejor manera.

Este amor hoy se vuelve música, se convierte en disco; En un álbum que siempre dibujé en mi mente, sin pensar que algún día existiría. Pero hoy es realidad, porque puedo encontrar, para engordar mi melomanía, la producción «Cuba le canta a Serrat».

Buscando otras cosas en la Internet, me encontré con este título. De inmediato pensé en Silvio y Pablito: En un homenaje cubano para Joan Manuel, estos dos no podían faltar. Y en efecto, ahí estaban. Silvio, como siempre, el más «trovero». En un minuto y treinta segundos sus cuerdas armonizaron la acostumbrada fantasía, y su voz acentuó el viaje, cuando cantó «Menos tu vientre».

Milanes se adaptó a una banda especial que interpretó un «filin» que, sutilmente, te lleva por la nostalgia y el despecho: «Queriéndola de verdad como la quiero/ puse mi vida a sus pies y me rendí. /Pero no quiso el destino, solo me pidió dinero, / dinero, para irse más lejos de mí». Pablito buscó en un Serrat más carnal y lo vistió con la bohemia de la vieja habana, en el tema «Mensaje de amor de curso legal» de 1994.

Pero este material no solo es trova. Es trova con clave, trova con rumba… cuya travesía escudriña todo el mundo musical cubano. Y en este trayecto, le rinden tributo al más grande cantautor Español, varias generaciones.

Entre los más jóvenes está Haila. Ella es una hermosa negra con voz de oro. Sonera, Timbera, Salsera; pero en esta ocasión prefirió escaparse con un piano y brindarnos «Lucia». También está Vania, otra rumbera que se unió a los tambores legendarios de Tata Guines para hacer una versión de «Toca madera», un intento tropical que Serrat incluyó en su disco «Utopía». Los músicos de Compay Segundo, que a dos años de la muerte de su líder musical siguen unidos, interpretan «Como un gorrión». Y el grupo de Pupi (Cesar Pedroso, pianista, ex integrante de los Van Van), nos entregan «La mujer que yo quiero».

De la vieja guardia encontramos a Ibrahín Ferrer, el cantor que hace una semana nos dejó huérfanos de su montuno (DEP). Este nos regaló «Te guste o no» en bolero. En bolero también llegó Omara Portuondo con «Por dignidad». En su estilo inconfundible, aparece La Orquesta Aragón con el bello poema «No hago otra cosa que pensar en ti». El maestro del tres Pancho Amat y su «Cabildo del Son» nos deleitan con «Tarres». Y Pío Leyva llegó con su versión de «Me gusta todo de ti» (Pero tú no, tú no, tú no).

Para seguir en consonancia con la variedad, dos de los pianistas más intensos e importantes del mundo, ambos cubanos, aportan sus «blancas y sus negras» en honor a Serrat. Estos son Frank Fernández, que te envuelve en un surrealismo con el tema «Mediterráneo», y Chucho Valdés, a quien solo le bastó el piano para ejecutar las notas de «Paraules de amor».

Hay más, porque son dos discos. Entre juventud y experiencia están El Trío Taicuba, Somos Amigos, Leyanís López, Familia Valera Miranda, David Álvarez y Juego de Manos, Bamboleo, Aceituna sin Hueso y David Calzado y su Charanga Habanera. Todos rendidos de admiración ante la grandeza de Joan Manuel Serrat. Se sumergieron en uno de esos trabajos que, de seguro, se quedará bailando en el tiempo. Tiempo que cada vez más engrandecerá a un hombre que desde su pluma, guitarra y canto, nos arrojó aires de liberación.

Búscalo, como lo hice yo. No te arrepentirás.