La Habana. Cuba dirigía todos sus esfuerzos a mantener con vida a las tres sobrevivientes del accidente aéreo en La Habana, dos de ellas con pronóstico desfavorable, mientras identificaba y sepultaba a algunas de las 110 víctimas que dejó el siniestro.
«Las tres pacientes siguen teniendo un reporte crítico extremo, con alto riesgo de complicaciones», declaró a la prensa el médico Carlos Alberto Martínez, director del hospital Calixto García, donde son tratadas. El doctor Martínez cambió de «reservado» a «desfavorable» el pronóstico médico para Grettel Landrovell, de 23 años, que presenta un «traumatismo craneal severo» y «daño neurológico severo».
También es «desfavorable» la situación de Emiley Sánchez (39), que tiene quemaduras en el 41% de su cuerpo (34% de ellas son profundas). Esto «significa que tenemos que estar preparados para las complicaciones que puedan sobrevenir», añadió.
Las tres pacientes, que están «intubadas y ventiladas mecánicamente», presentan serias lesiones, como traumatismo craneoencefálico, múltiples fracturas de huesos largos, daños en cavidades torácica y abdominal y quemaduras. La tercera sobreviviente fue identificada como Mailén Díaz, de 19 años, quien se mantiene con pronóstico reservado.
«No pierdo la fe». El doctor Martínez consideró positivo que el equipo médico haya logrado mantenerlas «con vida 72 horas» después del accidente, pero subrayó que «los problemas que presentan son de alta gravedad». Alertó sobre «la aparición de complicaciones que pueden ensombrecer el pronóstico» médico de las tres mujeres, que ya fueron sometidas a varias cirugías. Mientras la lucha de los médicos continúa, los familiares de las sobrevivientes se someten a una angustiosa espera en otro de los salones del hospital, que es el más antiguo de Cuba.
«No pierdo la fe, tengo la fe que ella se salve», declaró a la prensa entre lágrimas Marilín Almaguer, la madre de Mailén, que llegó este lunes a La Habana desde Holguín (este) para seguir la evolución de su hija. De su lado, la mamá Grettel, Amparo Font, dijo que su hija «está viva y está luchando». «Voy (a la terapia intensiva), le hablo, le hablo duro (con severidad)», y «voy al parte (médico) muriéndome, pero pensando en que lo que me van a decir es aunque sea un hilito, una luz de algo bueno», añadió.
Identificación y entierro. El Boeing 737-200 en que viajaban las tres mujeres desde La Habana a Holguín se estrelló al mediodía del viernes cuando acababa de despegar desde el aeropuerto internacional de La Habana, con un saldo de 110 muertos. Según el Ministerio de Transporte, 99 cubanos, entre ellos cinco niños, seis tripulantes mexicanos, tres turistas extranjeros: una pareja de argentinos, una mexicana y dos saharauis- murieron en el accidente.
La nave, en uso de la estatal Cubana de Aviación, pertenecía a la empresa mexicana Damojh (Global Air). El gobierno cubano, que anunció el sábado el hallazgo de una de las dos cajas negras de la aeronave, adelanta una investigación y ya logró identificar a 36 de los muertos, algunos de los cuales ya fueron sepultados en sus respectivas provincias.
La televisión estatal de la isla mostró el sábado imágenes de los funerales organizados en Holguín, provincia de origen de 67 de los 110 fallecidos, y de una ceremonia fúnebre celebrada en la vecina provincia de las Tunas. Expertos de Boeing, Global Air y la Rama de Aeronáutica Civil de México se encuentran en Cuba para ayudar a las autoridades a esclarecer el accidente, el peor en casi tres décadas.