Cuba, Nauru y Kiribati

Cuba, Nauru y Kiribati

El general Raúl Castro Ruz, jefe del Estado y del gobierno de Cuba “… recibió en la tarde de ayer, en el Palacio de la Revolución, al excelentísimo señor Anote Tong, Presidente de la República de Kiribati, quien realiza una visita oficial a nuestro país”,  informaba el diario oficial Granma el pasado 14 de diciembre. Y agregaba “Luego de la ceremonia de recibimiento, ambos mandatarios ratificaron el buen estado de las relaciones bilaterales y la voluntad de fortalecer los vínculos entre las dos naciones”.

Kiribati es un Estado isleño situado en el centro del Océano Pacífico, con 811 kilómetros cuadrados de tierra seca y 112 mil habitantes. Sus principales renglones productivos son la pesca, artesanías, coco, pan de fruta y batata.

Dos días antes, el general Castro había recibido al presidente de Nauru. Informó Granma: “El Muy Honorable Marcus Stephen, Presidente de la República de Nauru, llegará en horas de la tarde de hoy a nuestro país, para cumplimentar una invitación oficial. Durante su estancia en Cuba, el distinguido visitante sostendrá conversaciones oficiales con el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y desarrollará otras actividades programadas”.

Si Kiribati es chiquito, Nauru dice  ¡quítate!: 21 kilómetros cuadrados con 14 mil habitantes, el tercer Estado más pequeño del mundo delante de Mónaco y Ciudad del Vaticano. Su economía se basa en la extracción de fosfatos y su único fruto es el coco.

Cuba cultiva las relaciones con estos pequeños Estados, con notable éxito. El pasado 26 de octubre cuando se presentó a la Asamblea General de la ONU la moción contra el bloqueo estadounidense a la isla caribeña, Estados Unidos no obtuvo ni un voto, apenas tres abstenciones: Micronesia, Islas Marshall y Palau. Y se sabe cómo.

Esto trae a colación las serias dudas que generan la estructura y el funcionamiento  de las Naciones Unidas, cuyas resoluciones tienen efecto según el poder de los países afectados. Imagínese usted un embargo a Rusia, a Inglaterra, Brasil o China. Incluso, la pertinencia misma de la ONU está en duda, como lo demuestra su total y continuo fracaso en Haití y el Medio Oriente, entre otros. 

El día 13 Granma informó: “Por otro lado, la secretaria del Ministerio de Relaciones Exteriores e Inmigración de Kiribati, Tessie Erie Lambourne, y el vicecanciller Marcos Rodríguez, rubricaron un convenio para impulsar los vínculos entre los Ministerios de Relaciones Exteriores de ambos países”.

Bueno, algo había que hacer con Kiribati.

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