LA HABANA. AP.  Cuba sigue sin poder explotar las importantes reservas submarinas de petróleo que se cree hay frente a sus costas.  Cuatro años después de que expertos estadounidenses revelaron que hay unos 10,000 millones de barriles de petróleo enterrados en sus aguas territoriales, los cubanos no le han encontrado la vuelta a algo que parece un callejón sin salida. 

Cuba necesita los conocimientos tecnológicos de compañías petrolíferas occidentales para explotar sus reservas.

El embargo estadounidense, sin embargo, impide operar en la isla a las firmas capaces de hacer perforaciones a tanta profundidad.  Se suponía que el descubrimiento permitiría a Cuba exportar petróleo, captar las divisas extranjeras que necesita para financiar sus importaciones de alimentos y maquinaria para modernizar el país, y aumentar los salarios, cuyo promedio es de menos de un dólar diario.  Al incrementarse la deuda, el gobierno cubano debió rescindir sus contratos a 25 años con dos compañías canadienses perforadoras y funcionarios oficiales admitieron que Cuba importa la mitad de los 200,000 barriles de petróleo que consume a diario. Se los vende Venezuela a precios preferenciales. 

El embargo y la crisis económica mundial le quitan atractivo a las costosas perforaciones submarinas y la industria petrolífera cubana agoniza. Se cree que la producción actual mermó un 25% en relación con la del 2003 pues su principal campo, abierto por los soviéticos en 1971, se está secando.

Se ha especulado que el nuevo presidente estadounidense Barack Obama podría suavizar las sanciones y allanar el camino para explotar el petróleo. Pero por ahora no ha sucedido nada.  “No es un panorama alentador”, declaró Jorge Piñón, ex presidente de la división latinoamericana de Amoco. 

El Instituto Geológico de Estados Unidos calculó en el 2005 que frente a la costa norte de Cuba podría haber 9,300 millones de barriles de petróleo.

Los cubanos creen que la reserva sería de 20,000 millones de barriles, según dijo en octubre Rafael Tenreyro Pérez, gerente de producción de la petrolera estatal Cubapetróleo, o Cupet. 

Los expertos dan poco crédito a ese estimado porque no se reveló la metodología usada y no hay datos que sustenten ese cálculo. La única exploración submarina realizada hasta ahora por los cubanos, en el 2004, en sociedad con la firma española Repsol YPF, halló pequeñas cantidades de “reservas de alta calidad” y el Ministerio de Recursos Básicos postergó proyectos de perforación en el 2007 y el 2008, diciendo que no estaba en condiciones de pagar los altos costos del alquiler del equipo necesario.  Ahora que los precios del petróleo están un 75% debajo de los que alcanzaron en julio, Repsol podría iniciar una segunda perforación este año, de acuerdo con Tenreyro Pérez. La empresa no confirmó esa posibilidad. 

Cuba no tiene la tecnología ni la capacitación para certificar sus reservas y necesita socios extranjeros, a los que les ofrece mejores términos que los de otras compañías estatales como la mexicana Pemex.  Los cubanos ofrecen a las firmas extranjeras la posibilidad de recuperar su inversión de capital en caso de un descubrimiento y de repartirse las ganancias con el gobierno.  Desde que se sacaron a licitación los contratos de 59 áreas de exploración submarina en 1999, solo se vendieron los derechos de 21.

Y los compradores de Vietnam, Venezuela, España y Rusia no parecen tener apuro por comenzar las perforaciones.  Los principales socios de Cuba han sido canadienses, Sherritt International, de Toronto, y Pebercan, de Montreal, responsables del 60% de la producción actual.  Esas firmas dicen que los cubanos les adeudan 501,3 millones de dólares del año pasado, por lo que Cuba les rescindió los contratos a un costo de 140 millones de dólares.

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A largo plazo

Si hay un descubrimiento importante, tomaría cinco años y una inversión de 3,000 millones de dólares explorar las 59 áreas, que se encuentran a un promedio de 2,000 metros (6,550 pies) debajo del mar, indicó Piñón.

Acotó que para que la inversión sea rentable, debería producir al menos 10,000 barriles diarios, a venderse a 60 dólares el barril.  A fines de febrero el barril se vendía a menos de 40 dólares.