Cuba: Pérez Roque y Lage dejan cargos

Cuba: Pérez Roque y Lage dejan cargos

LA HABANA. AFP. Dos de los más altos dirigentes de Cuba, Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, renunciaron a todos sus cargos en el Gobierno y en el Partido Comunista, tras reconocer «errores» y ser acusados de «indignos» por Fidel Castro, en el mayor remezón en el régimen comunista en dos décadas.

En sendas cartas dirigidas al mandatario Raúl Castro y divulgadas ayer por la prensa, el vicepresidente Lage y el canciller Pérez Roque, destituidos el lunes, renunciaron al resto de puestos que ostentaban, al asumir la «responsabilidad» de faltas no reveladas públicamente.

Ambos fueron acusados por el líder comunista Fidel Castro de «ambiciones» y conducta «indigna» el martes, un día después de anunciado el relevo de Lage como jefe de gabinete y de Pérez Roque como canciller, en una profunda reestructuración del gobierno.

Este es el caso más sonado de abruptas caídas del poder en Cuba en las últimas dos décadas, tras la destitución por «deslealtad» del canciller Roberto Robaina en 1999, del ideólogo Carlos Aldana por «graves errores» en 1992, y en 1989 el juicio y fusilamiento del general Arnaldo Ochoa y otros tres oficiales bajo acusación de narcotráfico.

En su carta, Lage, médico de 57 años y artífice de reformas de apertura en la crisis económica de los años 90, renuncia como vicepresidente, miembro del selecto Buró Político y del Comité Central del Partido Comunista (PCC), y a su banca de diputado.

«Reconozco los errores cometidos y asumo la responsabilidad. Considero que fue justo y profundo el análisis realizado en la pasada reunión del Buró Político» en la que se avaló la reestructuración a propuesta de Raúl, subrayó.

Pérez Roque, de 44 años y nombrado por Fidel canciller en 1999 en reemplazo de Robaina, renunció como miembro del Consejo de Estado (Ejecutivo), del Comité Central del PCC y del Parlamento.

«Reconozco plenamente que cometí errores, que fueron analizados ampliamente en dicha reunión. Asumo mi total responsabilidad», escribió Pérez Roque, quien tuvo una meteórica carrera bajo el influjo de Fidel tras ser su secretario personal.

Los dos dirigentes, antes vistos como ‘delfines’ leales al Fidel, reiteran en las misivas su «fidelidad» a los hermanos Castro, al PCC y a los ideales de la revolución.

Raúl Castro, de 77 años, dispuso 12 cambios en la mayor remoción del Gobierno en medio siglo de revolución, un año después de asumir formalmente la presidencia en lugar de su hermano, que convalece de una enfermedad desde julio de 2006.

Al calificar los cambios «sanos» y respaldar a su hermano, el jefe máximo de la revolución dijo en un artículo el martes que fue consultado y negó una «sustitución de los ‘hombres de Fidel’ por los ‘hombres de Raúl'».  Abonando a la incógnita sobre las dos resonantes destituciones, el ex gobernante, de 82 años, señaló que «el enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos».

Las frases

Carlos Lage

Reconozco los errores cometidos y asumo la responsabilidad. Considero que fue justo y profundo el análisis realizado en la pasada reunión del Buró Político

Felipe Pérez Roque

Asumo mi total responsabilidad, reconozco mis errores.

Todo un misterio

La destitución de dos de los más prominentes dirigentes de Cuba, el vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque permanece en el misterio sin que hasta ahora se conozcan públicamente las causas de la remoción y su futuro político.

Los documentos publicados hasta ahora: una nota oficial del Consejo de Estado (Ejecutivo) que anuncia 12 cambios en el Gabinete y las cartas de ambos en las que renuncian al resto de sus puestos, no dejan a los cubanos pistas de lo sucedido, pues ambos sólo hablan de sus «errores».

«Esto parece una novela por capítulos, con subtramas que aún no están claras. Los cubanos tenemos todo el derecho a saber lo qué sucedió y a conocer cuáles son esos errores, sólo así podremos entender esta historia», dijo a la AFP un joven universitario que prefirió el anonimato.

El más reciente caso de corrupción en las esferas del poder fue el de Juan Carlos Robinson, apartado del Buró Político del Partido Comunista (PCC) en 2006 y condenado a 12 años por tráfico de influencias. A numerosos cubanos les resulta muy difícil implicar al ex dirigente con problemas de ese tipo, pues tenía fama de estricto e intransigente.

«Me cuesta entender todo esto, porque tenía a Lage y a Felipe en un pedestal, fueron hombres que acumularon méritos y parecían entregados a la revolución», dijo María López, una jubilada de 72 años.  Juan Carlos Hernández, un retirado de 63 años, dice que trabajó con Lage hace muchos años cuando era dirigente de la juventud comunista, y lo recuerda como «un líder extraordinario, disciplinado, modesto, cabal». «Quizás cometió algún error, pero no creo que haya traicionado», afirmó.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas