Cuba y Haití gravitan

Cuba y Haití gravitan

SANTO DOMINGO (AFP).- La acusación al presidente Hipólito Mejía de haber conspirado con Estados Unidos contra el ex presidente haitiano Jean Bertrand Aristide y el estigma del candidato favorito Leonel Fernández de mantener buenos vínculos con Cuba gravitan en la campaña hacia las elecciones del domingo.

No sólo desde el gobierno de Aristide, sino también de congresistas demócratas estadounidenses, que exigieron a las autoridades de su país explicaciones sobre las ventas de armas a República Dominicana, de las que supuestamente hicieron uso los rebeldes que derrocaron a Aristide.

Los dominicanos, sin embargo, quieren olvidar el incidente con sus vecinos de la isla La Hispaniola.

«En la medida de lo posible esa página hay que pasarla, además no ha habido acusación ni prueba formal», dijo a la AFP, Flavio Darío Espinal, experto en derecho internacional.

La oposición manejó el tema con cautela y se limitó a clamar, al igual que el gobierno y diversas instancias nacionales, para que la comunidad internacional acudiera en ayuda de Haití y se evitaran más muertes del casi centenar que produjo la revuelta que derribó a Aristide.

El gobierno de Mejía, quien el domingo aspira a reelegirse, aún no reconoce oficialmente a la autoridades actuales en Haití, pero recientemente recibió la visita del primer Ministro Gerard Latortue, en busca de una mayor coordinación de los temas comunes.

Espinal, académico de la Pontificia Universidad Católica, que Dominicana no tiene razones para reconocer al gobierno interino haitiano.

Al contrario, afirma que es su mejor oportunidad para optimizar las relaciones bilaterales a su favor, en el marco de la colaboración de la comunidad internacional.

En la ocasión, Latortue se reunió extraoficialmente con Mejía y con los diferentes candidatos que participan en la contienda del domingo. Faltó, no obstante, el protocolo acostumbrado de los jefes de estados.

El mismo gobierno de Mejía votó en la ONU contra Cuba por las violaciones a los derechos humanos en la isla vecina; actitud que el ex presidente Fernández, favorito para las elecciones del domingo, calificó de «inexplicable».

Santo Domingo «debió abstenerse», opina Espinal, porque «ese escenario (de las Naciones Unidas) se usa para recriminar contra determinados Estados, con un alto grado de politización». Sostiene que, en cambio, hay fuertes interrogantes en muchos países de América Latina y en Estados Unidos sobre el tema.

En contraposición, los seguidores de Mejía acusan a Leonel Fernández de deteriorar las relaciones con Estados Unidos durante su mandato, en el que fortaleció los vínculos con Cuba y recibió en su país en dos ocasiones al presidente Fidel Castro.

Con el interés de fortalecer la amistad con la nación norteamericana y en busca de la aprobación del Tratado de Libre Comercio, Mejía favoreció el pedido del presidente George W. Bush y envió al territorio intervenido de Irak a 300 soldados que se sumaron a la brigada Plus Ultra.

Retirada España de Irak, Dominicana retiró también a sus militares y hay quienes aseguran que la acción le bajó puntos a Santo Domingo frente a Washington.

«La prueba de que las relaciones con Estados Unidos fueron óptimas es que yo mantengo una amistad personal con el (entonces) presidente Bill Clinton», ha dicho recientemente Fernández.

El aspirante presidencial ponderó esta semana que EEUU es el principal socio comercial de Dominicana, cuya economía depende del primero.

«Para República Dominicana es sagrado mantener buenas relaciones con Estados Unidos», dijo.

Espinal opina que el país puede cuidar sus relaciones con Washington, sin perder su independencia.

«Nosotros como país pequeño, que hemos sufrido intervenciones, creo que también debemos tener posiciones en las que podamos actuar con autonomía, diplomacia y responsabilidad», sentenció.

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