Cubanos con reservas sobre las reformas de Raúl Castro

Cubanos con reservas sobre las reformas de Raúl Castro

LA HABANA. AFP. Puestos en la encrucijada de «corregir» errores o «hundirse», algunos cubanos ven con escepticismo la aplicación de las reformas económicas propuestas por el presidente Raúl Castro, pues no es la primera vez en 50 años que son convocados a procesos de «rectificación».

«Cuando está en el papel es muy bonita la cosa, y cada cual la implanta a su forma, hay que esperar, cuando empiece a apretar las tuercas de verdad, entonces la cosa sí va en serio», dijo a la AFP Reynaldo González, un plomero de 52 años, que escuchó el discurso del mandatario por la televisión la noche del sábado.

Al clausurar la sesión parlamentaria anual el sábado, Raúl Castro sentenció: «o rectificamos o ya se acaba el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos, y hundiremos (…) el esfuerzo de generaciones enteras».

El presidente defendió con tenacidad su programa de reformas, pidió «cambiar la mentalidad de los cuadros (dirigentes comunistas) y de todos los compatriotas al encarar el nuevo escenario que comienza a delinearse».

Esas reformas, incluyen una mayor apertura al capital extranjero, el recorte de más de un millón de empleos estatales en los próximos años -500.000 antes de abril-, la apertura de licencias en unos 178 oficios para absorber a la mayor parte de despedidos, la eliminación de subsidios, la autonomía de la gestión empresarial.

Se estima que en los próximos cinco años se incorporarán 1,8 millones de personas al sector no estatal -pequeños negocios privados y cooperativas- por lo que un 50% de los cinco millones de trabajadores cubanos no tendrá como patrón al Estado en 2015.

Desde inicios de diciembre, la población discute esas propuestas en centros laborales, de estudios y reuniones de vecinos, para lograr un «consenso nacional».

«Aunque la situación económica es difícil, el modelo está hecho con los pies en la tierra, pero exige que todo el mundo cambie la mentalidad, los dirigentes y el pueblo», dijo Graciela Pérez, una técnica en economía de 45 años, a la salida de un hospital.

Testimonios

«Los cambios son posibles, hay que hacerlos por necesidad, serán duros, muy duros, no queda otro remedio», dijo Ramón Jiménez, un desempleado de 53 años.   «Bueno, la cosa es de rectificación o muerte, pero aún así no es la primera vez que estamos ante una situación grave; se anuncian cambios y después todo sigue igual, usted sabe cómo es este país», dijo  Javier Rodríguez, oficinista.

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