Cubanos desafían el calor y el cansancio para rezar con el Papa

Cubanos desafían el calor y el cansancio para rezar con el Papa

SANTIAGO DE CUBA, Cuba. AFP. Unos 200.000 cubanos acompañaron hoy al papa Benedicto XVI en su primera misa en la isla a pesar del cansancio acumulado durante una larga espera, prolongadas horas de viaje y un intenso calor.

La llegada del pontífice en el «papamóvil» a la Plaza de la Revolución Antonio Maceo de Santiago de Cuba, 900 km al este de La Habana, desató la euforia de católicos, santeros, ateos y comunistas que agitaban banderitas cubanas y del Vaticano, aplaudían o corrían a los bordes del camino para verlo.

«Poder ver y escuchar al Papa es lo más extraordinario, el Papa es paz, amor, reconciliación», declaró a la AFP Laura María Hevia, una católica de 20 años que explicó haber sentido «todo el cuerpo vibrar» cuando el pontífice entró en la plaza y saludó a la multitud desde la ventanilla del «papamóvil».

Hevia, que estudia periodismo, llegó a Santiago de Cuba desde la provincia oriental de Camagüey con un grupo de 50 personas que portaban un enorme cartel en el que se leía: «Bienvenido peregrino de la Caridad», en alusión a que el Papa visita la isla en el Año Jubilar por los 400 años de la aparición de la Virgen de la Caridad del Cobre.

Olaf Palma, de 18 años, también católico, viajó desde Guantánamo (extremo oriente) y el ingeniero José López, desde Ciego de Avila (centro), mientras Luis García, de 14 años, lo hizo «con toda la familia» desde La Habana. «Cuando vino Juan Pablo II a Cuba en 1998 yo no había nacido. Ahora nadie me contará su historia», dijo Luis, que usaba gorra y espejuelos para protegerse del sol.

El Papa acudió a la misa unas cuatro horas después de ser recibido en el aeropuerto por el presidente cubano Raúl Castro y por el arzobispo de la zona, Dionisio García, presidente de la Conferencia Episcopal cubana.

Un cordón humano de unos 7,5 km saludó al Papa a su paso por las principales calles de Santiago, epicentro de la revolución de Fidel Castro. «Esta visita es muy importante para todos los cubanos», dijo a la AFP la ama de casa Yarelis Ponce, de 21 años, que acudió a la misa junto con su hija de siete meses, para que recibiera «la bendición del Papa».

«No es que todos seamos católicos, pero el Papa es también jefe de Estado», explicó por su parte Iliana Romero, una maestra de 24 años. El fuerte calor, de más de 30 grados durante la tarde, provocó que decenas de personas sufrieran mareos y desmayos y fueran socorridas por brigadas sanitarias antes de que el Papa iniciara la eucaristía al anochecer.

A la misa asistieron el presidente Raúl Castro, vestido de guayabera, y numerosos dirigentes nacionales y locales, además de todos los obispos cubanos. Cuando el Papa llegaba a la plaza un hombre gritó «abajo el comunismo, abajo la dictadura», pero sus gritos fueron reprochados por quienes estaban cerca de él. El manifestante fue retirado del lugar por personas de civil, observó un periodista de la AFP.

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