LA HABANA (AP). Cientos de miles de cubanos desfilaron ayer, martes, sin la presencia del convaleciente mandatario Fidel Castro en la tradicional conmemoración del 1 de mayo, que también se recordó masivamente en toda Latinoamérica.
Decenas de miles de trabajadores desfilaron también en Venezuela, Bolivia, México, Colombia, Honduras, Chile y Paraguay exigiendo mejoras salariales y la defensa a la vida de los sindicalistas, mientras criticaron al neoliberalismo, «el capitalismo salvaje y la emigración obligada de millones de desempleados en la región.
Por primera vez en décadas, los trabajadores de Ecuador y Bolivia invitaron a sus presidentes a participar en los desfiles. A diferencia de otros lugares, en Santiago de Chile hubo contramanifestaciones y la policía debió dispersar algunos grupos utilizando carros lanza-agua y bombas lacrimógenas. Testigos vieron al menos la detención de una decena de personas.
Posiblemente, en Sao Paulo tuvo lugar la concentración mayor, con casi medio millón de trabajadores, que protestaron contra las políticas del gobierno, al ritmo de música en vivo.
En Uruguay, un dirigentes sindical denunció que una mujer fue herida a bala durante una concentración de una organización disidente. Se informó que la mujer, esposa de otro dirigente sindical, fue internada en un hospital y se encontraba estable.
Temprano en La Habana, decenas de miles se reunieron en la Plaza de la Revolución y en el sitial principal estuvo Raúl Castro, hermano del mandatario y titular del Poder Ejecutivo desde la salida de Fidel hace nueve meses restableciéndose de una delicada cirugía.
El secretario general de la central sindical cubana, Salvador Valdés, en un breve discurso invocó al convaleciente mandatario: «Un pronto restablecimiento y mucha salud, querido Fidel… Fiel a tus ideas, comprometido hasta la raíz y unido como un haz al Partido (comunista) y Raúl, este pueblo que usted conduce y ha educado en el espíritu de justicia… desfila hoy.
El desfile, de dos horas, concluyó con el apresurado paso de estudiantes y con la multitud incluyendo a Raúl Castro cantando La Internacional, el legendario himno comunista.
Coloridas banderas de Cuba y otros países, rústicos carteles y retratos de los próceres patrios y de los hermanos Castro se agitaron bajo un fuerte sol.
Castro, de 80 años, se recupera de una operación intestinal realizada en julio y durante los días previos crecieron los rumores de que podría aprovechar la jornada para aparecer en público.
En Venezuela, el aliado de Castro, el presidente Hugo Chávez, lanzó la frase «abajo el imperio norteamericano al tomar el gobierno el martes el control de los cuatro proyectos petroleros de la faja oriental del Orinoco que eran manejados por corporaciones internacionales. Mientras en Caracas, opositores y partidarios del gobierno marcharon por separado.
A su vez en Bolivia, el mandatario Evo Morales advirtió en un discurso ante sus seguidores que nacionalizará empresas por la fuerza si no prosperan las negociaciones que emprendió su gobierno con transnacionales para recuperar compañías que pertenecieron al Estado.
Mientras en Nicaragua, el presidente sandinista Daniel Ortega anunció en un discurso ante miles de trabajadores un aumento del salario mínimo arriba del 10% y una reforma tributaria para que «los que ganen más paguen más.
En Ecuador, al final de la marcha unos 30.000 trabajadores, estudiantes y grupos sociales se congregaron en la colonial Plaza de San Francisco, en donde el presidente Rafael Correa pronunció un discurso.
«El problema ni siquiera es la explotación laboral, sino el 50% de la población laboral que se halla desempleada o subempleada, por lo que tres millones de ecuatorianos han debido salir del país, señaló Correa. Fustigó al «capitalismo salvaje que ha convertido al trabajo en un elemento más del capitalismo y no en el centro de ese sistema económico.
Por primera vez en la historia de México, las actividades oficiales relativas al Día del Trabajo no fueron encabezadas por el presidente de turno. En este caso, el mandatario Felipe Calderón argumentó en la víspera que debe cambiar el enfoque para que «la figura principal de la celebración sea el trabajador y no el Presidente.
Los miles de trabajadores que marcharon por la capital mexicana reclamaron un alto en el alza de precios y la derogación de la recién aprobada reforma al sistema de pensiones.
En cambio, en Guatemala los manifestantes pidieron el cese de la persecución contra los sindicalistas; en El Salvador, los grupos de izquierda criticaron la liberación del anticastrista Luis Posada Carriles, y en Honduras, los sindicatos exigieron al gobierno reducir el desempleo del y superior al 30%.
Los trabajadores de Colombia demandaron en las calles al gobierno del presidente Alvaro Uribe que tome medidas para proteger a los dirigentes sindicales contra una ola de asesinatos que ha convertido al país en el más peligroso del mundo para los sindicalistas.
«Centenares de dirigentes han sido asesinados en los últimos años y hay un 99% de impunidad en esos casos, dijo a la AP Tarciso Morales, dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores.
En Paraguay, las cinco centrales obreras se manifestaron frente al Panteón Nacional de los Héroes para criticar a la corriente económica neoliberal «que sólo pobreza y miseria ha traído al pueblo, según el líder sindical Juan Torales.