Cubanos más abiertos a una reconciliación 

Cubanos más abiertos a una reconciliación 

MIAMI, AP. La abuela de Felice Gorordo no se hablaba con su hermano desde hacía 50 años. La señora se fue de Cuba tras la revolución comunista de 1959 y jamás regresó, mientras que su hermano peleó con los revolucionarios y permaneció en la isla.   

Hoy no solo se hablan sino que se reunieron en Miami. “No quiero decir que los últimos 50 años no existieron, porque es obvio que el dolor sigue vivo”, expresó Gorordo, quien es cofundador de Raíces de Esperanza, una agrupación que pone en contacto a cubanos de Estados Unidos con cubanos de la isla. “Pero pudimos sobreponernos al dolor y encontrar cosas que todavía nos unen”.   

No ha habido comisiones de verdad y justicia. Ni transición hacia la democracia luego de más de cinco décadas de gobierno comunista. El embargo económico de Estados Unidos sigue vigente.

A pesar de todo esto, no obstante, comienzan a surgir pequeños indicios de que se está gestando una reconciliación entre los cubanos de ambos lados del estrecho de la Florida.   

Eso se hizo evidente durante la visita que hizo esta semana a Miami la disidente más conocida de Cuba, la bloguera Yoani Sánchez, quien a los cubanos de la isla y de la diáspora a que vuelvan a ser una sola comunidad. “Me gusta la metáfora del espejo”, comentó el miércoles en un acto.

“Es como si la Cuba de dentro de la isla y la Cuba de afuera estuvieran acercándose, nos mirábamos, pensamos que es otro. Nos acercamos y cuando tocamos lo que hay es nuestro propio reflejo por el otro lado. Somos nosotros mismos”.   

Los cubano-estadounidenses de las generaciones viejas y nuevas respondieron con un entusiasta aplauso.  En un pasado no muy distante, la reconciliación y el diálogo eran temas tabú en el exilio cubano. Si alguien viajaba a la isla a visitar a la familia, lo hacía calladamente, en contra de la opinión de muchos parientes y amigos.

Esos sentimientos no han desaparecido del todo, pero se han moderado.  Diez años atrás, el disidente cubano Oswaldo Payá, quien falleció en un accidente automovilístico el año pasado, visitó Miami y su recibimiento fue muy distinto.   

Payá era uno de los promotores del Proyecto Varela, como se denominó a una campaña de recolección de firmas apoyando un llamado a las autoridades a que convocasen un referendo sobre derechos tales como la libertad de expresión y de reunión en Cuba.

La iniciativa fue vista como la campaña no violenta más grande jamás lanzada contra el sistema de Fidel Castro. No hubo aplausos para Payá, quien fue muy criticado por los medios de prensa del exilio en Miami.

Cuestionaron sus ideas porque fomentaban un cambio desde adentro de la estructura política existente. Sus llamados a la unidad y la reconciliación de los cubanos fueron también cuestionados.   

Algunos exiliados de Miami criticaron a Sánchez cuando, durante su viaje a Brasil, dijo en tono irónico que Estados Unidos debería liberar a cinco cubanos hallados culpables de tratar de infiltrarse en instalaciones militares del sur de la Florida en el 2001 porque Cuba podía darle mejor destino a todo el dinero que gastaba tratando de lograr su liberación.

Se le echó en cara asimismo su apoyo al levantamiento del embargo estadounidense, que muchos cubanos de Estados Unidos todavía respaldan. Sin embargo, cuando visitó Washington, Sánchez fue cálidamente recibida por políticos de ascendencia cubana como el senador de la Florida Marco Rubio, que está a favor del embargo.

Hubo menos de una docena de manifestantes en el acto del lunes frente a la Torre de la Libertad de Miami e incluso ellos mismos se abstuvieron de describir su manifestación como una protesta.   

“Ha conseguido algo que muy pocos cubanos han logrado”, dijo Carlos Saladrigas, copresidente del Grupo de Estudio de Cuba, una organización sin fines de lucro que promueve cambios políticos y económicos en la isla. “Comenzó a construir un enorme puente entre Miami y La Habana”.   

Una de las razones por las que Sánchez fue bien recibida en Miami, a diferencia de Payá, es que la comunidad cubana en el exilio ha cambiado y que ha aumentado el contacto entre los cubanos de la isla y los de afuera. Muchos de los que vinieron en tiempos recientes viajan con frecuencia a Cuba a visitar familiares.

El año pasado más de 300 cubanos fueron a la isla durante la histórica visita del papa Benedicto XVI. “Visitas como la de Yoani son muy importantes”, comentó el arzobispo católico romano Thomas Wenski, quien encabezó el peregrinaje.

“El viaje de estos cubanos que regresaron a Cuba para la visita del papa también fue importante. Son pasos pequeños, pero esperamos que vengan otros más grandes”.  Wenski señaló que los obispos y la Iglesia Católica de Cuba han estado promoviendo una reconciliación desde hace años.   

Saladrigas fue uno de los cubanos que regresó a la isla para la visita papal. Alguna vez se opuso tajantemente a todo contacto con Cuba e incluso encabezó una exitosa campaña para impedir que un crucero viajase de Miami a La Habana en ocasión del viaje del papa Juan Pablo II a la isla en 1998.   

Pero cuando vio imágenes de la visita papal por televisión se dio cuenta de que había cometido un error. La imagen de los cubanos de la isla y de Miami rezando juntos hubiera sido algo muy fuerte, indicó.   

Saladrigas recordó la vez en que, durante un viaje a Cuba con su familia, fue a ver a una mujer que estaba a cargo del Comité de Defensa de la Revolución en la cuadra donde alguna vez vivió su esposa. Los comités fueron creados luego de la llegada de Castro al poder para vigilar las actividades de la gente y generaron desconfianza entre muchos cubanos.   

“Fue conmovedor verlas a las dos abrazándose, besándose y reconciliándose de una forma muy personal y emotiva”, declaró Saladrigas.  Este proceso le resulta más fácil a los cubano-estadounidenses más jóvenes, muchos de los cuales nacieron en Estados Unidos. Para otros, en particular los cubanos de edad, solo puede haber reconciliación si hay cambios políticos profundos.   

“Para que la gente se reconcilie, deben imperar la ley y las libertades civiles”, expresó Marifeli Pérez-Stable, directora interina del Centro Latinoamericano y Caribeño de la Universidad Internacional de la Florida y autora de un informe sobre la reconciliación de los cubanos.   

María Werlau, directora ejecutiva del Proyecto de Archivos Cubanos, que documenta los casos de abusos de los derechos humanos en la isla, dijo que ha tratado de establecer una comisión de verdad y reconciliación. Pero un grupo que organizó ese tipo de comisiones para denunciar abusos en otros países le dijo que no estaban dadas las condiciones para hacerlo.   

“Dijeron que Cuba no está en un período de transición”, manifestó. “No podemos trabajar en un país para lograr la reconciliación hasta que no hayan entrado en una fase de transición”.   

En Cuba el gobierno sigue tildando de enemigos a los cubanos que se fueron, quienes son calificados de “gusanos” desde los albores de la revolución. Pero los cubanos que vuelven a la isla no se topan con actitudes hostiles y algo parecido está sucediendo con los artistas, músicos y demás que vienen a Miami.

Gorordo dijo que su familia en Cuba lo recibió sin prejuicios. Simplemente evitaron hablar de política.  “La reconciliación se produce una persona, una familia a la vez”, expresó Gorordo. “Y ningún gobierno puede frenar eso”.    

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