La regionalización del toque de queda y del retorno a clases basada en la magnitud de los contagios del virus SARS-CoV-2 por provincia, se acoge a la realidad de que las epidemias ameritan, primordialmente, controles territoriales sobre sus correspondientes pobladores.
Las infecciones caminan de persona a persona sin distinción de raza, nacionalidad ni estatus social, y lo que siempre procede, científicamente, es combatirlas in situ, sin excluir individuos de la aplicación de vacunas ni de las obligaciones de evitar cercanías, usar mascarillas y lavarse las manos.
No puede aspirarse a la ideal inmunidad de rebaño segregando sistemáticamente de las inoculaciones a habitantes que no van a salir de circulación ni dejarían de portar el virus, si lo contraen, ni de ser sus vectores.
Además de generalizar la administración del medicamento activador de anticuerpos a ciudadanos de origen local, a lo que muchos se resisten absurdamente, la geografía nacional debe ser peinada, aguja en alto, para que no se escape fácilmente de sus efectos.
Se ha repetido con apropiado énfasis que la adquisición de capacidades inmunitarias es también una forma de proteger al prójimo.
Tiene el efecto multiplicador que conviene a todos y es por ello que los firmas farmacéuticas ajustan sus fórmulas para incluir a los niños prontamente.
Nueva York, el mayor mosaico de etnias en el orbe, sale airoso de lo peor gracias a la universalidad de su vacunación.
El llamado de José J. Puello
En franco mensaje, y con la autoridad que confieren muchos años de ejercicio de la medicina con sensibilidad social y aportes al crecimiento de los servicios asistenciales en el país, el neurocirujano José Joaquín Puello exhortó con vehemencia a los ciudadanos a protegerse del virus SARS-CoV-2 porque visualiza que la situación creada por los contagios podría complicarse más.
Detener la propagación depende considerablemente de actitudes que individualmente respalden desde la población las medidas que las autoridades trazan y que incluyen amplitud de vacunaciones y llamados a evitar la infección que deben cumplirse al pie de la letra.
Eludir las inmunizaciones y aglomerarse sin protección para diversos fines solo augura mayores impactos a la sociedad como un todo por la irresponsabilidad de una parte.