Cuchito, periodista impoluto

Cuchito, periodista impoluto

Sin duda que la partida del escenario terrenal de “Cuchito” Álvarez Dugan dejará un gran vacío difícil de llenar, no solamente por las dotes de consumado y apasionado periodista que le adornaban, sino por su sentido de responsabilidad y rectilínea forma de actuar. Con la ida de Cuchito ha desaparecido uno de los últimos titanes del periodismo dominicano, de aquellos que han convertido en un sacerdocio la función de informar y orientar a sus conciudadanos. ¡Qué ironía que estos comunicadores iniciaran y ejercieran su vocación en la tiránica era de Trujillo! Es que aun en regímenes totalitarios, donde la libertad es sojuzgada y su ejercicio es pasible de pagarse con la vida, existen voces dignas que, como volcanes en erupción, irrumpen en el ambiente al extinguirse la era de tinieblas y opresión. Los que han conocido la tiranía aprecian mejor las bondades de la libertad.

Con el tiempo, si es que las cosas en nuestro país continúan de mal en peor, apreciaremos mucho más la falta de comunicadores de la talla de Don Cuchito. Hoy día, atrapados en la vorágine del consumismo y de un sistema económico que dolariza nuestras vidas, muchos periodistas han abdicado su objetividad a cambio de las mieles fatuas que se derraman desde el poder.

¡Cuántas “bocinas” no pululan hoy en los medios de comunicación para encumbrar intereses partidarios sobre los nacionales! Estos fariseos de la comunicación dirán que tienen derecho a vivir a la altura de los tiempos, pero se han equivocado de profesión. El ejercicio del periodismo es como el del maestro: entrega total al servicio de la búsqueda de la verdad mediante la concienciación de sus semejantes.

Cuchito fue un verdadero ejemplo del ser humano que a través de su sensibilidad y honradez trató de orientar a sus semejantes. Claro que tenía sus defectos y apegos, pero por sobre todo brillaba su jovialidad y entereza de carácter, siempre dispuesto a debatir un tema con pasión y hechos relevantes, aunque nunca tan obstinado para no reconocer lo poco que como seres humanos finitos podemos saber. Sus peñas domingueras en sus oficinas del HOY serán siempre recordadas.

Atribulado por la partida de Cuchito, quedo con el corazón dolido, pero con una sonrisa en mis labios por las socarronas ocurrencias del que será siempre recordado maestro del periodismo dominicano, Mario Álvarez Dugan. Mis condolencias para sus seres queridos.

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