Cuchito se ganó el cielo

Cuchito se ganó el cielo

A principios de la década del noventa quien escribe este artículo estudiaba periodismo en el Instituto Dominicano de Periodismo, (IDP), sentía gran atracción por la carrera, y empecé a utilizar los medios de comunicación escritos.

Llevaba cartas, y poco tiempo después artículos al matutino Hoy, convirtiéndome en un colaborador asiduo que llamó la atención del director del importante medio, el maestro de periodismo don Mario Álvarez Dugan, Cuchito.

La colaboración sostenida me permitió penetrar a las páginas del director, la opinión, y era raro que pasara una semana sin que publicaran cartas, artículos de fondo, o ambos a la vez.

Mi dedicación a escribir artículos de diferentes tópicos me indujo a colaborar con otros medios escritos, y esa actitud no agradó a don Mario, y me dijo: “vas a escribir aquí o en otra parte”, y le contesté: “aquí señor director”.

Así lo hice y me publicaba religiosamente mis colaboraciones como artículo, y una tarde el amigo Radhamés Severino le hizo comentarios respecto a mí, y don Mario le dijo: “me gusta el estilo de ese muchacho; escribe bien”.

El avance tecnológico provocó la sustitución de la máquina de escribir por las computadoras, y cuando el periódico Hoy hacía esa transición, Cuchito me dijo que practicara con la intención de nombrarme.

Esa intención de abrirme un espacio fue suficiente para valorarlo como un hombre bueno, y hoy que se ha ido hacia lo ignoto, luego de una larga enfermedad, mi gratitud la expreso pública, y su muerte me conmueve porque se fue uno de los buenos.

Sus amigos, familiares, relacionados, deben saber que hombres como él no mueren, viven siempre, y que a partir de ahora será uno de los periodistas de Dios, porque él se ganó el cielo.

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