GAZA, Territorios Palestinos. Israelíes y palestinos apuraban este lunes las últimas horas para desafiar el pesimismo reinante y alcanzar en Egipto antes de medianoche un acuerdo para prolongar la tregua en la Franja de Gaza, donde la ofensiva israelí mató a más de 2.000 palestinos.

A pocas horas de que expire el plazo del alto el fuego de cinco días, previsto a las 21H00 GMT, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que su país replicará con dureza si vuelven a caer cohetes desde Gaza.

«Estamos listos para todos los escenarios», indicó Netanyahu, para quien la ofensiva lanzada por Israel el 8 de julio contra el movimiento islamista palestino Hamas «continuará hasta que su objetivo haya sido alcanzado», es decir, «devolver la calma y la seguridad» a Israel.

Para lograr el objetivo de alcanzar una paz duradera, las dos delegaciones negocian en El Cairo con la mediación del servicio egipcio de inteligencia, si bien parece que las condiciones esgrimidas por ambas partes son irreconciliables.

En ese sentido, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, viajó a Doha para entrevistarse con el líder de Hamas, Jaled Meshal, en el exilio, y con el emir de Catar, Tamim ben Hamad al Thani, un aliado clave del movimiento islamista.

Tras su viaje a Doha, Abas viajará a El Cairo durante esta semana para reunirse con el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, indicó a la AFP un funcionario palestino.

En este contexto de intensificación de los esfuerzos diplomáticos, el ministerio de Salud de Gaza indicó que la ofensiva israelí mató a 2.016 palestinos, en su mayoría civiles, y dejó 10.196 heridos. Entre los fallecidos, 541 son niños, 250 mujeres y 96 ancianos. Por su parte, Israel confirmó que cinco de sus 64 soldados muertos desde el 8 de julio lo fueron por «fuego amigo». Los cohetes lanzados desde Gaza mataron también a tres civiles en territorio israelí.

– «Sin resultados positivos» – A pesar de los numerosos muertos, la reanudación de las negociaciones en El Cairo se acompañaron de nuevas advertencias. Netanyahu reiteró el domingo que no habrá acuerdo si no se respetan las exigencias de seguridad de Israel, como la desmilitarización del enclave.

Por su parte, Hamas amenaza con reanudar las hostilidades si no se levanta el bloqueo israelí impuesto a este superpoblado enclave palestino de 362 km2.

El número dos de Hamas, Musa Abu Marzuq, aseguró en su página en Facebook que las negociaciones se desarrollan «sin resultados positivos por el momento» y advirtió que «todo se decidirá en el terreno» cuando expire la tregua.

Con todo, el fracaso de las negociaciones no implicaría necesariamente una reanudación inmediata de las hostilidades, ya que desde hace un tiempo circula en Israel la idea de un cese de los combates sin acuerdo formal.

Aunque el gobierno israelí se adelantó en cierto modo a la idea de una tregua con la autorización a los pescadores de Gaza de retomar su actividad hasta tres millas náuticas, el ministerio israelí de Defensa ordenó también la interrupción del tráfico ferroviario entre dos ciudades del sur de Israel por temor a los cohetes palestinos.

«No necesitamos a Hamas para garantizar las necesidades humanitarias en Gaza», dijo el ministro israelí de Economía, Naftali Bennett, al tiempo que advirtió de que tenían la libertad de atacar cuando quisieran a este movimiento islamista palestino, ante la ausencia de acuerdo.

En Israel, en ausencia de información concreta que surge de las conversaciones, la mayoría de los comentaristas se mostraron pesimistas sobre el cierre de un acuerdo antes de medianoche. «Tenemos que dejar las negociaciones (…) y tomar nuestro destino en nuestras propias manos», apuntó Bennett.

La misión de los negociadores se está viendo dificultada por la multiplicidad de los integrantes palestinos de la delegación, formada por representantes de Hamas, la Yihad Islámica y el partido Fatah del presidente Abas.

Según las informaciones filtradas desde El Cairo, además de la tregua se negocia también una mayor apertura de los puestos fronterizos israelíes a la circulación de bienes y personas, la reapertura del paso de Rafah con Egipto, una supervisión internacional de las fronteras de la franja, una extensión de la zona de pesca de los gazatíes, y las modalidades para transferir dinero.

Otros puntos espinosos como la apertura de un puerto y un aeropuerto en Gaza, a la que se opone Israel, o la entrega de los cadáveres de dos soldados israelíes a cambio de prisioneros palestinos, podrían quedar para más adelante.