La cuenta regresiva ya empezó, los precandidatos disparan sus últimos y mas ruidosos cartuchos para dejar la mejor de las impresiones en el electorado, en tanto la guerra de encuestas ha dejado la impresión en el ánimo público de que faltando horas para las primarias no se sabe a ciencia cierta dónde es que están los cuartos. Estoy hablando, por supuesto, del PLD, donde el delfín del presidente Danilo Medina mide fuerzas con el expresidente Leonel Fernández, pues en el PRM las cosas parecen estar mas claras con un Luis Abinader aventajando, en todas las encuestas habidas y por haber, al expresidente Hipólito Mejia, quien sin embargo disfruta animoso y entusiasmado, como buen competidor, de su último cuplé. Si hablo de medir fuerzas es porque, literalmente, eso es lo que está ocurriendo, como lo evidencia el despliegue de recursos y propaganda de ambos precandidatos, aunque también resulta evidente que Gonzalo Castillo tuvo a su disposición más recursos y “logística” para engrasar su maquinaria electoral, que se da el lujo de estar dirigida por los principales funcionarios del gobierno. Esa es la razón por la cual analistas y observadores concluyen que será el ganador de las primarias peledeístas, convicción que se reforzó con las declaraciones de ayer del Ministro de la Presidencia, José Ramón Peralta, quien reveló que el danilismo cuenta con una estructura para llevar a votar a 2.5 millones de personas, que además recibirán asistencia de delegados que estarán en cada mesa para auxiliar a los que tengan problemas con el voto automatizado. Aun así creo que no siempre, como lo demuestran ejemplos no tan lejanos en el tiempo, el dinero y los recursos del Estado consiguen imponerse, sobre todo si han tenido que fabricar un muñeco que, por culpa de la improvisación, no quedó bien terminado. Puedo estar equivocado, lo que sin duda sería una gran decepción para mi, pero también una pésima noticia para la democracia dominicana.