Juan Bosch fue profesor de muchas cosas; sin embargo, en términos literarios, puede calificarse como genio de la cuentística en Latinoamérica y tal vez, en todo el mundo.

Recientemente Nuria Piera, en su  programa sabatino, hizo públicos algunos detalles relevantes de una auditoría realizada por la Cámara de Cuentas en la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia, donde se muestra un manejo inadecuado de varias decenas de millones de pesos durante el año 2010  y se concluye pidiendo al ministerio público llevar a la justicia a cuatro funcionarios del hospital responsables de las irregularidades. Pasaron dos años entre la realización y “conocimiento” de la auditoría (2010 al 2012)  con los mismos funcionarios actuando o, como diría el pueblo, haciendo de las suyas.

No recuerdo que algún trabajo de la Cámara de Cuentas  haya servido para aleccionar o escarmentar a ningún funcionario de la administración pública; he visto y oído expresiones particulares de la llamada sociedad civil comentando inmoralidades, otros programas parecidos de Nuria Piera, cambios a otros cargos mejor remunerados o diplomáticos, retiro voluntario del corrupto a disfrutar de lo malversado, etcétera, pero ninguna acción judicial ejemplarizante, contundente, que culminase con el encarcelamiento de ladrones del Estado. Por eso tengo dos conclusiones forzosas:

PRIMERO: Algunas autoridades del ministerio público y el poder judicial,  discípulos degenerados del profesor Juan Bosch que medran en el Partido de la Liberación Dominicana, viven haciéndole cuentos a la población y en forma cínica y perversa dicen que  imitan al maestro, y SEGUNDO: El organismo creado para auditar la contabilidad pública debe llamarse propiamente “Cámara de Cuentos” porque sus trabajos son ingeniosos, pero nadie los toma en serio.