Cuentos y frases sobre holgazanes

<STRONG>Cuentos y frases sobre holgazanes</STRONG>

Desde que era niño escucho relatos y frases acerca de aquellos que creen, al igual que el negrito del batey del conocido merengue, que el trabajo lo hizo Dios como castigo.

Cuando era director ejecutivo del diario El Caribe, el fenecido periodista Mario Álvarez Dugan (Cuchito) decía de uno de los reporteros del periódico que “su holgazanería era tan grande, que a veces dormía siesta después del desayuno”.

Un amigo de mi padre, al describir a un pariente haragán, dijo que este soñó que estaba parado en una ferretería contemplando un pico y una pala, y amaneció con fuertes dolores musculares.

Recuerdo la letra de una popular canción que decía: lo que quiero es que me echen la comida en la boquita, y después que me la echen, que me muevan la quijá.

Un conocido picoteador, cuyo centro de operaciones funcionaba diariamente en cualquiera de las esquinas de la calle El Conde, afirmaba que las horas de la noche se habían hecho para dormir, y las del día para descansar.

El hombre consiguió un empleo en una oficina pública, cuyo titular era pariente suyo, y sólo visitaba el local de la entidad los días de pago para buscar su cheque.

Cuenta la leyenda que pidió al funcionario por la vía telefónica que le enviaran el cheque a su casa con un mensajero, y cuando la respuesta fue negativa, renunció al sueldo que obtenía sin sudoración frontal.

Una historia surgida de la imaginación popular tiene como personaje principal a un modesto empleado público que se encontraba ingiriendo ron con varios tercios en su casa, muy ajeno al discurso pronunciado por el presidente de la República, minutos antes.

El burócrata fue gratamente sorprendido por un visitante, quien le dijo que el mandatario había informado que a contar del mes siguiente, los empleados públicos laborarían solamente seis meses, pero cobrarían el equivalente de un año.

 -¿Y no dijo nada acerca de las vacaciones?- preguntó el turpén, colocando una ficha sobre la mesa con semblante impasible.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas