POR CARMEN MATOS
El mayor problema que afecta el desempeño de los bomberos del país son los bajos sueldos que según declaró ayer el general Oscar García, intendente del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo, es de sólo RD$3,000 mensuales en el interior del país y de RD$5,000 en la capital.
Aunque reconoció que las acciones de rescate requieren, en primer lugar, una vocación de servicio, dijo que la institución necesita balancear y elevar los sueldos de todos los bomberos del país para ofrecer un mejor servicio.
Indicó que actualmente el Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo cuenta con 235 miembros que ofrecen servicios las 24 horas del día, así como un personal de 400 voluntarios que laboran durante seis horas diarias.
El jefe de los bomberos habló en el marco del sexto encuentro anual del Grupo Asesor Internacional de Búsqueda y Rescate Regional en Las Américas, que se celebra en el país con la participación de representantes internacionales, el cual persigue el establecimiento de protocolos y acciones conjuntas a nivel mundial para el trato de situaciones de desastres naturales urbanos.
Durante la reunión, que se celebra desde el pasado martes y que concluirá viernes en el hotel Meliá, el general garcía explicó que el Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo opera con los equipos que les fueron dados en el año 2000, durante el primer gobierno del presidente Leonel Fernández, a los que luego se agregaron otras dos unidades para el combate de incendios.
Visión del PNUD
De su lado, el representante en el país del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Claudio Tomasi, declaró ayer que las principales áreas de cooperación de ese organismo en el país tienen que ver con la prevención, mitigación, manejo y respuesta ante huracanes, tormentas tropicales, inundaciones, deslizamientos de tierra e incendios tropicales.
Recordó que en el año 2005 el gobierno dominicano evaluó la capacidad nacional para responder a los desastres naturales, y descubrió que era necesaria una mejoría en la capacidad de respuesta que por sus limitaciones, incrementaba la vulnerabilidad de la isla a las catástrofes naturales.
Otra recomendación fue la coordinación de los recursos existentes y la creación de planes locales de emergencia.