Cuesta trabajo hacer que la gente pague al Estado

Cuesta trabajo hacer que la gente pague al Estado

POR GERMAN MARTE
Más que razones  económicas, la cultura del no pago y la percepción de que lo del Estado no tiene dolientes, son dos de los motivos por los cuales la gente es renuente a pagar los bienes y servicios que recibe del sector público, incluso cuando se trata de la  vivienda.

Tener un techo propio siempre ha sido una de las metas primordiales de toda familia dominicana;  las personas hacen hasta lo imposible por obtener una casa, pero a la hora de pagar el inmueble, como por arte de magia, el entusiasmo disminuye.

“La gente responde, pero no al ritmo en que debería hacerlo”, explica un funcionario del departamento de Cobros del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI), que pidió reservas de su nombre.

Las cuotas mensuales para las casas y apartamentos del Invi van desde sumas tan insignificantes como RD$402 hasta un par de miles de pesos, dependiendo del tipo de proyecto y de la ubicación.

Sin embargo, aproximadamente la mitad de los beneficiarios de los proyectos habitacionales no cumplen con sus obligaciones, pues las personas entienden que primero deben pagar el telecable, la luz, el teléfono, etcétera.

Según datos de la institución, los cobros mensuales apenas superan los RD$11 millones, menos de la mitad de los más de RD$20 millones que se supone deben cobrar.

Las deudas de aquellos que han sido beneficiados con solares o viviendas a través del Invi ascienden a unos RD$20 mil millones, de acuerdo con informes extraoficiales.

La morosidad no es exclusiva de los sectores de menos ingresos, también los de clase media y otros propietarios que han comprado al Estado se muestran “tímidos” a la hora de pagar.

ABUSO DE FLEXIBILIDAD

El Invi es mucho más condescendiente que los bancos comerciales “y la gente conoce esa debilidad de nosotros” y por eso no paga a tiempo.

En un banco comercial, si la persona se atrasa tiene que pagar mora, más los intereses, incluso, después de cierto límite pierde la casa.

Todo lo contrario ocurre en el Invi, donde impera el criterio social sobre el  comercial. Se desconoce si en la historia de la institución se ha dado el caso de que le hayan quitado una vivienda a alguien por no haber pagado.

Los planes habitacionales del Estado van dirigidos, fundamentalmente, a personas de escasos recursos y a la  clase media, aunque los distintos gobiernos  han construido  apartamentos considerados de lujo,  para beneficiar a familias de altos ingresos, muchas de ellos vinculados al partido en el poder, como sucedió con los proyectos de la avenida Máximo Gómez,  la Pedro Henríquez Ureña, la avenida Luperón, el ensanche La Fe y la avenida José Contreras.

En el caso de las viviendas, como en casi todas las esferas de la sociedad, el clientelismo no ha estado ausente. Durante los gobiernos de Joaquín Balaguer, Hipólito Mejía y Leonel Fernández, han surgido denuncias de que una parte importante de las casas construidas con recursos públicos han quedado en manos de personas que no los necesitan.

Quienes no quieren pagar aducen unas veces de que su partido está en el gobierno “y de aquí no me saca nadie” y cuando están en la oposición alegan que no se sienten motivados a pagar “para que no se lo roben”.

  De todos modos, el Invi se esfuerza por cobrar, consciente de que en la medida que más personas paguen, más se facilita la construcción de nuevas viviendas.

ATRACTIVAS OFERTAS

Como forma de motivar a las personas para que paguen sus viviendas, el Invi está ofertando descuentos que van desde 15% del valor del atraso para aquellos que se quieren poner al día; 30% al pagar la totalidad de la cuenta en tres pagos, y una rebaja de 50% del balance total a quienes salden su deuda en un solo pago.

  En promedio, los proyectos dirigidos a la clase media pagan  cuotas por debajo de los dos mil pesos, “y aún así se atrasan”.

Un caso significativo es  Invivienda, donde  hay apartamentos que fueron valorados en RD$65 mil, y pagan una mensualidad de RD$267, otros pagan  RD$1,700.

Consecuencias de no pagar

Las personas que se “olvidan” de pagarle al Estado los inmuebles que les son asignados ignoran que hasta tanto salden sus cuentas no pueden hacer ningún tipo de transacción comercial, además el valor real de la propiedad se reduce al mínimo.

En caso de muerte del propietario, por ejemplo, si la persona no estaba al día con sus pagos, sus hijos no recibirán el seguro de vida, que aunque es un monto mínimo le serviría para costear una parte de los gastos.

Pero sobre todo, si no paga, la gente no tendrá nunca su título de propiedad definitivo.

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