Cuestión de oportunidad

Cuestión de oportunidad

La demanda de transporte no surgió de la noche a la mañana. Tampoco fue sorpresivo el aumento del número de vehículos públicos. Un par de decenios atrás, cualquier planificador hubiese pronosticado el caos que tenemos hoy, con los espacios públicos convertidos en paradas y una rampante falta de respeto por los monumentos históricos. El problema creció solo, paulatinamente, y nadie con autoridad se ocupó de  ir aportando las soluciones oportunamente.

Con sus dimensiones actuales, el problema de las paradas improvisadas es tan grande, que para emprender soluciones habría que tener muy en cuenta el efecto de choque. Los sindicatos de transportistas creen que por ser padres de familia, tienen derecho adquirido sobre los espacios públicos comunes. Cada día hay más demanda de asientos y cada día se incorporan más vehículos al caos.

Las autoridades tienen que identificar espacios que puedan ser adquiridos por el Estado para construir terminales de transporte de pasajeros organizadas y funcionales. Monumentos como el Altar de la Patria deben ser rescatados del asedio a que están sometidos. Ya hay lugares de la ciudad en los que los inmuebles han ido perdiendo valor por haber quedado cercados por paradas. Y cuanto más tiempo pase será peor.

Un paraíso en decadencia

Puerto Plata llegó a ser un polo turístico de atractivo deslumbrante. Llegó a desarrollar una hotelería de primer orden, que acogía a una proporción muy importante del total de turistas que ingresaba al país. Pero de unos años a esta parte, ese paraíso ha ido en decadencia. Las inversiones se han alejado como se han alejado los turistas. No se mantuvo el impulso necesario para mantener este polo en los primeros sitiales en la competencia de la zona.

Hace falta estudiar qué ha pasado en Puerto Plata y determinar qué hacer para que recupere su esplendor. Renovar la infraestructura portuaria para acomodar cruceros podría ayudar, siempre que se modifiquen los antiguos patrones que obligaron a las compañías a abandonar la plaza. Hay que mejorar la seguridad, pues han sido frecuentes los crímenes contra extranjeros. Hay que hacer lo necesario para detener la decadencia en que ha entrado este paraíso del turismo.

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