Cuestión de raíces y alas

Cuestión de raíces y alas

Los que estamos en la etapa “pasado meridiano” de la vida sólo podemos aspirar a dejar dos herencias: raíces y alas. Investigar la historia de República Dominicana y de los pueblos latinoamericanos, aproximándonos cada vez más a la verdad, es el mecanismo que utilizamos para fortalecer las raíces de todo aquel que sienta amor y compromiso por su patria original.

A través de esas obras, damos a conocer el ejemplo de vida de los verdaderos héroes de la lucha por la liberación nacional de todo el continente americano, lo cual provee de alas que incitan a volar más alto cada día, siempre sujetos a la moral y a la ética suficiente y necesaria. Vivir sin raíces es triste y deprimente además de que significa no tener memoria. Carecer de alas es condenarse a no progresar y a vivir arrastrado y humillado.

Meses atrás un grupo de dominicanos radicados en New York se mostró interesado por presentar el público dominicano de esa urbe mi más reciente obra: “Eslabón Perdido; Gobierno Provisional 1965-1966”. En ese libro se analiza el instrumento político y militar que sirvió al gobierno estadounidense de Lyndon B. Johnson como medio para empotrar a Joaquín Balaguer en la Presidencia de la República luego de la tercera invasión militar de Estados Unidos contra nuestro país en el siglo 20. Los compatriotas residentes en la “babel de hierro” parecían ver en esa obra muchas de las razones que los condenaron a formar parte de la enorme diáspora dominicana. Me sentí entonces honrado ante el interés mostrado por mis escritos. Además, me entusiasmaba descubrir que dentro de ese exilio económico abundaran personas con raíces  profundas en la dominicanidad y con alas fuertes para elevarse en la aproximación hacia la verdad histórica.

Apoyé su proyecto de presentación de la obra, aunque advertí que no podría estar físicamente presente y compartir con ellos en esa oportunidad. Los remanentes del “bushismo” prevalecen todavía en la Administración de Barack Obama. Nuevos personajes habían sido elegidos el año anterior en el gobierno estadounidense para que todo pudiera seguir siendo igual o peor. Evidente resulta que, para los jerarcas de Estados Unidos, todo aquel que defienda la autodeterminación de los pueblos del mundo y se oponga a las agresiones criminales del ejército imperial es tildado, ipso facto, como terrorista. Nosotros aceptamos esa calificación como un galardón que se nos impone por la firmeza en las convicciones que sostenemos y por la práctica social que hemos demostrado durante esta larga vida.

La actividad de puesta en circulación de “Eslabón Perdido” que tendría lugar el sábado 13 de marzo de 2010 fue organizada por el Movimiento Presencia y Raíces con el apoyo del Comisionado de Cultura. Durante ese fin de semana el Noreste de Estados Unidos fue sometido a fuertes tormentas de lluvia y nieve provocando pérdidas materiales enormes y algunas víctimas fatales. Pero el inclemente estado del tiempo no fue suficiente para impedir que el acto tuviera lugar. Las raíces y las alas de Milagros Pineda, José García, Carlos McCoy, Jesús Martínez, Roberto Laborde, Julio César Malone y el comisionado Carlos Sánchez lograron poner a punto todos los preparativos. Y tuvieron un rotundo éxito en la convocatoria y la organización del evento. La sala “Andrés Francisco Requena” del Comisionado de Cultura se llenó completamente para escuchar las intervenciones de los organizadores en torno al libro y a su autor.

Mi participación en ese acto sería a través de una grabación fílmica. En ella traté de explicar las razones que me habían llevado a investigar ese intenso e importante período de nuestra historia. En el escenario, frente a la pantalla sobre la que se expuso mi presentación, los organizadores colocaron la silla en la que me hubiera correspondido estar sentado. La mantuvieron allí, a manera de símbolo, para que cada asistente le diera su propia interpretación a por qué no estaba allí el autor de la obra.

Por el éxito que tuvo el evento se demostró que las raíces y las alas de esos dominicanos habían triunfado sobre la falsa democracia que tanto se pregona, aunque pocas veces se cumple.

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