El coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó carecía de preparación para asumir la Presidencia de la República, porque no tenía la inteligencia necesaria ni era un militar brillante, afirmó ayer el vicealmirante Manuel Ramón Montes Arache.

También Montes Arache acusó a Claudio Caamaño de ser uno de los principales responsables del trágico final del coronel Caamaño, por haberle creado una falsa ilusión sobre su llegada al país en 1973.

«Francis no era lo suficientemente inteligente ni estaba preparado para esa posición que le echaron encima los políticos, que lo nombraron Presidente de este lado», expresó.

Al participar en el Almuerzo Semanal del Grupo Corripio, junto al doctor Víctor Gómez Berges, al general Pedro Bartolomé Benoit y a Héctor Aristy, Montes Arache dijo que el único renombre que tenía el héroe de la revolución de abril de 1965 es que era hijo del general Fausto Caamaño, quien había sido Secretario de las Fuerzas Amadas durante la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina.

«No era un oficial brillante, dicho sea de paso, con todo el cariño y el aprecio que me merece, no era un oficial brillante», expresó.

Narró que Caamaño se había asilado en la embajada de Ecuador el 28 de abril y que él fue a buscarlo para integrarlo a los combates de las fuerzas constitucionalistas.

«¿Cómo surge la figura política de Francisco Alberto Caamaño? Son esos elementos que son llamados por la historia, por la bondad de Dios para que ocupe un lugar, porque no hay una era sin héroes», dijo.

[b]DESOYÓ UN CONSEJO[/b]

Montes Arache dijo que el coronel Caamaño desoyó su consejo, cuando ambos se fueron al extranjero, tras terminar la guerra. Explicó que le pidió que se dedicara a estudiar.

«Francis desoyó un consejo que, cuando nos sacaron, nos invitaron a salir del país en enero del 1966, nos dieron dos opciones o salir con los privilegios del gobierno que habíamos sustentado o la segunda opción nos sacaban a patadas. Yo elegí la primera. En el camino de aquí a Nueva York, que fuimos juntos, le dije: Francis dedícate a estudiar un poco, la política, la economía…. desgraciadamente no me hizo caso».

«Hoy, por hoy, delante de todos ustedes les digo una sola cosa, este Francisco Alberto Caamaño que vino ahí, en el 1973, desgraciadamente lo trajeron como un borrego… y ahí donde lo trajeron fue para matarlo», expresó.

Dijo que acusa a dos hombres de haber traído a Caamaño para que lo maten. Por insistencia de los periodista reveló el nombre de Claudio Caamaño, pero se reservó el otro nombre.

Se preguntó por qué trajeron a Caamaño por San José de Ocoa cuando se sabía la difícil geografía de esa zona.

«Y se repite algo que tendrán ustedes que tener presente: años atrás a él se le había metido una obcecación mental, le habían llevado (la idea) de que (Ernesto) El Che Guevara se había reencarnado en él. ¡Miren qué personaje! Y él se lo creyó desgraciadamente».

Observó que al Che Guevara, que terminó solo y sin asistencia, lo mataron con un tiro en la frente y eso mismo le pasó a Caamaño.

«Tiempo después hay una similitud horrorosa con la presentación del cadáver de Caamaño, yerto, con un balazo en la frente, y ahí está el metamensaje, el metamensaje de la Potencia: que no hay más revolución en América Latina, que no hay más guerrilleros, muerto el perro se acabó la rabia», dijo.

Las afirmaciones de Montes Arache causaron asombro en la concurrencia y por eso se le pidió a Héctor Aristy, en su condición de Ministro de la Presidencia del Gobierno de Caamaño, que diera su opinión.

[b]HÉCTOR ARISTY[/b]

Aristy, quien además fuera uno de los principales asesores de Caamaño, dijo que al coronel se le eligió como Presidente por un respeto a su rango porque era el de mayor jerarquía.

«El 28 de abril de abril, después que Caamaño sale de la embajada, que Montes Arache lo va a buscar, Caamaño era el único ‘full’ coronel que quedaba en el lado constitucionalista. Como era el único ‘full’ coronel era lógico que los civiles que estábamos al lado de él decidiéramos que Caamaño tenía que ser el jefe por una cuestión de rango entre los militares», expresó.

Dijo que Caamaño era sumamente inteligente para aprender de oídas «y aprendió a desenvolverse».

[b]UN ASESOR[/b]

En ese sentido, el empresario José Luis Corripio Estrada, quien vivió de cerca la revolución de abril, dijo que en los días de la revolución se regó el rumor de que había un cerebro que estaba detrás de las decisiones del coronel Caamaño y que ese era Aristy.

«Fuera de aquí los americanos lo consideraron el cerebro de Caamaño, acuérdense de ese detalle», expresó.

Corripio Estrada también reveló que durante cuatro años fue compañero de pupitre con el coronel Caamaño en sus días de estudiante en el Colegio La Salle y de esa época recuerda que el joven era muy impulsivo y dado a revolver los problemas por la vía de la acción.

«Caamaño tenía una personalidad muy apropiada para el combate. ¿Por qué? Porque era una persona de pocas palabras y de reacciones no siempre previsible… y en vez de mediar muchas veces con algunos de los compañeros de curso, él brincaba de la reacción callada a la reacción agresiva. Era una persona dispuesta al combate, lo cual era bueno quizás para esa época», expresó.

[b]GÓMEZ BERGES[/b]

El doctor Víctor Gómez Bergés, quien durante la guerra fuera Ministro de la Presidencia del Gobierno de Reconstrucción Nacional, reveló que hizo un estudio de la personalidad de Caamaño para un libro que trata la revolución de abril del 1965.

Manifestó que el problema de Caamaño era su padre, el general Fausto Caamaño.

«Su padre fue ministro de las Fuerzas Armadas de Trujillo y era uno de los hombres que todo el mundo sabe cómo se manejaba en esa época, y a sus hijos él lo manejaba como si fueran soldados, y Caamaño se le rebelaba a su padre y su padre lo golpeaba. Entonces se creó esa personalidad rebelde», expresó.

Agregó que a Caamaño lo enviaron a estudiar a una academia militar a los Estados Unidos «y le pasó igual que a Ramfis (Trujillo), lo sacaron porque no dio pie con bola, era un estudiante de muy bajo nivel».

Manifestó que, según sus investigaciones, Caamaño no fue un estudiante brillante en ninguno de los colegios donde estuvo.

«El era un hombre rudo, un hombre valiente, un hombre de coraje”, según todas esas investigaciones, pero intelectualmente muy limitado y como estudiante no fue nunca destacado” y eso se le atribuye “a esa crianza rígida que le dio su padre».

[b]PRESIDENTE NO SABÍA[/b]

Por otra parte, Montes Arache dijo, además, que el Comando Sur de los Estados Unidos ordenó la invasión de la República Dominicana sin la autorización del presidente Lindon B. Johnson.

Manifestó que tan apresurada decisión se tomó por el temor de una segunda Cuba en el Caribe porque sería un descrédito para los Estados Unidos.

A esa consideración se unió el doctor Víctor Gómez Bergés, quien manifestó que la base naval de donde salieron las tropas estaba en Carolina del Norte.