Cuestiona la habilidad negociadores de TLC

Cuestiona la habilidad negociadores de TLC

POR LEONORA RAMÍREZ S.
Los negociadores dominicanos que discutieron con sus homólogos estadounidense el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos tenían capacidad suficiente para defender mejor el sector agropecuario, pero en el ínterin de las discusiones «se camaleonearon», según la percepción del empresario Enriquillo Rivas.

El cuatro de agosto del 2004 la ex secretaria de Industria y Comercio, Sonia Guzmán de Hernández, y el representante comercial de los Estados Unidos, Robert Zoellick, firmaron el convenio mediante el cual será eliminado el 80% de las trabas arancelarias una vez entre en vigencia el Tratado de Libre Comercio (TLC).

Rivas refirió, en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, que Guzmán de Hernández, presidenta del equipo negociador, tenía buenas intenciones y gran capacidad profesional, pero se metió en un terreno -el agropecuario- que desconocía por completo.

Sin citarlos por sus nombres, Rivas planteó que en el fragor de las discusiones con los representantes de Estados Unidos hubo confrontaciones entre representantes del gobierno, los negociadores locales y la ex secretaria de Industria y Comercio.

«Al hacerse tan excesiva la confrontación entre el negociador agropecuario y Guzmán de Hernández, y al  gobierno tener un canal tan directo, como fue Patricia Mejía, la hija del ex presidente Hipólito Mejía, entonces el negociador agropecuario entraba en desventaja».

«Ese negociador (Osmar Benítez, quien es vicepresidente ejecutivo de la Junta Agroempresarial Dominicana, JAD) tenía un conflicto de ánimo porque es amigo del ex presidente Mejía y a la vez presidente de una entidad agropecuaria.

«Cuando se terminan las negociaciones Benítez se retira del escenario, dejándoselo a los condecorados. Esa gente hace y deshace hasta que el Comité de Emergencia Agropecuaria exige explicaciones, y es cuando nos instalan tres días en Industria y Comercio.”

“El comité se creó con el objetivo de dar a conocer y enfrentar, las desventajas del acuerdo comercial para el sector productivo.

Entre los más afectados está el azucarero, pues al quitarle los aranceles el mismo colapsaría, por la importación masiva de sirop de maíz.

«Aunque el sector avícola fue el que mejor negoció, porque conseguimos que en dos años, luego de firmarse el acuerdo, nuestros productos entren al mercado norteamericano, en el informe que nos dieron el 21 de julio no aparece esa concesión porque nos engañaron, al final prostituyeron el tratado», dijo Rivas.

EQUIPO NEGOCIADOR

Los demás miembros del equipo negociador eran Hugo Rivera Fernández, coordinador de la Oficina Especial para la Negociación del TLC; Lynette Batista de Sanoja, coordinadora adjunta; Manuel Díaz Franjul, coordinador de acceso a Mercados, Reglas y Procedimientos de Origen; Martín Zapata, coordinador del subgrupo de Aranceles; Hugo Rivera Santana, coordinador del subgrupo Obstáculos Técnicos al Comercio.

Además, Eduardo Rodríguez Apolinario, coordinador del subgrupo Administración Aduanera; Rosa Amelia Abreu, coordinadora del subgrupo Reglas de Origen; Milton Ray Guevara, coordinador de asuntos Laborales; Elka Schéker, coordinadora de Servicios, y Orlando Jorge Mera, coordinador de Propiedad Intelectual.

PROCESO INQUISITORIAL

Jocelyn Rodríguez, productor lechero que acompañó a Rivas al encuentro, junto con Jimmy García Saviñón, representante del sector azucarero, manifestó que fue inquisitorial la forma en que se realizó el acuerdo de libre comercio.

Vaticinó asimismo que ese convenio no va a beneficiar, como se espera, a los sectores productivos, porque la complejidad de ese tratado pocos la entienden.

«Pero lo más importante es que con el TLC lo que se hizo fue entretener a la República Dominicana porque los Estados Unidos no cedió con el tema de los subsidios».

LA FIRMA DEL TLC

El convenio fue firmado en Washington y al acto asistieron además los ministros de economía de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, que ya firmaron el Tratado de Libre Comercio para Centroamérica (CAFTA).

República Dominicana será parte de ese tratado, que se denomina DR-CAFTA, formando así un bloque con intercambio comercial de US$32,000 millones.

La firma se llevó a cabo en el Old Executive Office Building, situado en el complejo de la Casa Blanca, y a la misma asistieron representantes del sector empresarial del país, así como autoridades del pasado gobierno.

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