POR JOSE ALFREDO ESPINAL
SANTIAGO.- La Fundación Vanessa y un grupo de 60 madres de esta ciudad que han perdido sus hijos a causa de la delincuencia dijeron temer por la inseguridad ciudadana e impotencia ante el papel jugado por la justicia para esclarecer los crímenes que se producen en la sociedad.

La preocupación de la sociedad ante los casos delincuenciales fue expresada ayer en una eucaristía, presidida por el arzobispo Ramón Benito de la Rosa y Carpio, quien sirvió de interlocutor para enviar el mensaje a las autoridades.

“Las madres se sienten impotentes y han tratado de agruparse para buscarle una salida a esta problemática a través de la oración y por eso yo soy la voz de ellas para decir sus reclamos”, expresó De la Rosa y Carpio.

El arzobispo dijo que estas madres no tienen venganza ni odio contra los que han matado a sus hijos, pero llevan heridas difíciles de sanar en su corazón, por lo que piden justicia para los responsables.

El presidente de la Fundación Vanessa, doctor Juan Ramírez, dijo que con este acto religioso “nos hacemos solidarios con todos los familiares y amigos de tantos buenos ciudadanos que en los últimos años han caído víctimas de la irracionalidad y el salvajismo de un grupito de individuos que no tienen respeto por la vida”.

Ramírez es padre de la estudiante de medicina Vanessa Ramírez Faña, asesinada el año pasado frente a su casa para despojarla de un celular. Dijo que los antisociales han sumido este país en un dramático clima de inseguridad que mantiene aterrado a nueve millones de habitantes, cambiando sus hábitos de vida. En ese sentido, llamó a todos los padres para que enseñen a sus hijos los valores morales y la necesidad de estudiar y prepararse para ser ciudadanos respetuosos de las leyes.