Cuidado con el agua: esta es la cantidad que deberías consumir cada día

Cuidado con el agua: esta es la cantidad que deberías consumir cada día

¿Es posible ponerse en forma con menos de media hora de entrenamiento a la semana? El doctor Ricardo Cánovas cree que sí, y así lo expone en 20 minutos a la semana para estar en forma (Planeta), un ameno volumen que nos ayuda a tener un cuerpo sano de forma rápida y eficiente.

De acuerdo a una publicación en el sitio “elconfidencial”, el agua es extremadamente importante para nuestro organismo, y más cuando se está practicando ejercicio físico. Pero, atención, debemos huir tanto de la deshidratación como de la hiperhidratación.

Hoy en día, en parte debido al reclamo publicitario ideado por las grandes firmas comerciales y en parte debido al desconocimiento o directamente a la negligencia, abundan las teorías acerca del consumo humano idóneo de agua: unos dicen que debemos beber de ocho a diez vasos diarios, otros que de dos a tres litros sin falta cada día, si queremos mantener el organismo hidratado, e incluso corren por ahí métodos de adelgazamiento o de entrenamiento en los que las cantidades de agua recomendadas que deben consumirse son verdaderamente descabelladas, y hasta rayan en el absurdo.

Existe una moda muy extendida en las zonas de las playas californianas que consiste en estar bebiendo agua continuamente, a todas horas, durante todo el día, se tenga o no se tenga sed. Aseguran que es muy bueno para el organismo, que incluso adelgaza, y que tiene no sé cuántas ventajas más.

Pero lo cierto es que hay que tener mucho cuidado con estas teorías, porque una gran mayoría de ellas no sólo son erróneas, sino también peligrosas para la salud.

La cantidad de agua que se consume puede variar los niveles de ciertos componentes de la sangre. Si bebemos agua en exceso, la función renal puede verse afectada, y los riñones, los órganos excretores por excelencia, no podrán procesar el líquido lo suficientemente rápido, lo que dará lugar a una dilución de los niveles de potasio, sodio y cloro, entre otros, que están directamente implicados en la actividad contráctil de los músculos.

También puede ocurrir la dilución de dichos componentes en el interior de las células, lo que puede provocar problemas cerebrales, cardíacos o respiratorios. De hecho, los enfermos que sufren de cardiopatías, sobre todo, no deben beber mucha cantidad de agua, porque serán más susceptibles a sufrir insuficiencias cardíacas o edemas.

Si uno tiene los riñones, el corazón y el hipotálamo –que es donde está el centro de la sed– en buen estado, es decir, sanos, deberá beber agua cuando tenga sed, ni antes ni después, ni una gota más ni una gota menos.

Hay que huir de las teorías no contrastadas, esas que surgen más de los intereses de las grandes firmas comerciales que de las verdades proporcionadas por la experimentación realizada mediante estudios científicos. Mucha gente piensa que, cuando se tiene sed, quiere decir que el cuerpo ya ha llegado a un estado de deshidratación; otras personas creen que el agua adelgaza, o que disminuye las arrugas de la piel. En fin, nada más lejos de la realida.d el agua ni engorda ni adelgaza, ya que no tiene calorías.

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