Cuidado con esa sucia campaña

<P>Cuidado con esa sucia campaña</P>

La Asociación de Industriales de Herrera (AEIH), presidida por el empresario Manuel Cabrera, declaró recientemente que los bancos no habían reducido sus tasas de interés y que en algunos casos las habían aumentado. 

Pero de pronto y a raíz de esa declaración, se desata una campaña mediática contra las instituciones financieras, como si estuvieran conspirando contra la economía y la estabilidad de las empresas. Y no hay que ser un genio para saber quién puede estar detrás de eso, que no es precisamente la AEIH. Porque en esta crisis, se busca desesperadamente a un chivo expiatorio para cargarle el muerto si esto se jode. Y están apuntando mal, peligrosamente mal.  

Pero sin entrar en especulaciones, lo importante del tema es que no sabemos porqué la AEIH no indagó más sobre las verdaderas razones que mantienen altas las tasas de interés, aunque las mismas se han reducido en varios puntos respecto a las de hace cinco meses. 

Siguen altas, estimados empresarios, porque las medidas tomadas por el Banco Central no fueron lo suficientemente profundas para que las tasas bajaran más de lo que lo han hecho. Porque el propio Banco Central sigue pagando tasas pasivas por sus Certificados que rondan el 16% a 3 años y 14% con redención anticipada, lo que hace imposible tasas activas por debajo del 20 por ciento. 

Igualmente, se sigue con la política monetaria de anclaje cambiario,  lo que obliga al Banco Central a  mantener un control estricto de la liquidez. Si ésta aumenta ligeramente y también lo hace la tasa de cambio, inmediatamente se recoge el dinero, reduciendo también la liquidez de los bancos para prestar. 

Por otra parte, muchas empresas con buen historial crediticio están en serios problema, no por la falta de crédito, sino por la caída en el consumo doméstico.

Los bancos deben tener mucha cautela con sus préstamos, como lo hacen todos los bancos del mundo, en una situación de recesión mundial y fuerte contracción del gasto.

Aquí hay miles de personas perdiendo sus puestos de trabajo y cientos de empresas cerrando o reduciendo sus operaciones, lo que también genera problemas en la recuperación y costos de los préstamos. Pero el Banco Central ha hecho lo que tiene que hacer flexibilizando su política monetaria,  sin perder de vista que sigue aferrado a su régimen cambiario.

Esa misma flexibilidad la han aplicado los bancos comerciales, pero sin exponerse más allá de lo que mandan los límites impuestos por la misma política monetaria. Hacerlo sería un suicidio.

Si la AEIH quiere que bajen más las tasas de interés, que se lo reclame al Gobierno, a quien los empresarios le temen como el diablo a la cruz.

Porque no es posible resolver el problema de las tasas únicamente con medidas monetarias, cuando cerramos el 2008 con un déficit fiscal de 55 mil millones de pesos y lo seguimos aumentando. Busquen a alguien que le explique esta simetría para que entiendan mejor dónde está el verdadero problema.

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