Cuidado con la brecha

Cuidado con la brecha

Antes de entrar en el tema debo aclarar que me opongo al uso de los fondos de los trabajadores por parte del Gobierno para sostener los ingresos de un millón de trabajadores suspendidos por las empresas a causa de la crisis sanitaria. Ha sido mi posición que estos recursos deben ser subsidios y transferencias sociales temporales hasta que se retorne a cierta normalidad.
También he propuesto en esta situación de emergencia nacional, la expansión monetaria del gasto, es decir que el Banco Central, dentro de sus límites legales, le facilite al Gobierno pesos mediante compra directa e indirecta de bonos, para que pueda llevar a cabo el gasto extraordinario.Esta es una opción más eficiente y menos costosa para la Nación, comparada con el endeudamiento externo en los mercados privados o la erosión de los ahorros de los trabajadores.
Como en artículo del 4 de mayo, el gobernador del Banco Central en oposición a la modificación de la Ley 87-01, utilizó el argumento de que “un aumento desproporcionado de la emisión monetaria…generaría un exceso de demanda… [que] provocaría un aumento generalizado en los precios de la economía…[y] altos niveles de inflación.” (Valdez Albizu) En vista de que esta hipótesis del impacto de la demanda sobre los precios podría ser esgrimida para oponerse a la expansión monetaria del gasto, vale la pena someterla a discusión.
Hagamos tres preguntas a este argumento: primero, ¿qué es un exceso de demanda?; segundo, ese exceso de demanda ¿causa una tasa de inflación positiva o acelera permanentemente la tasa de inflación?; tercero, este impacto del incremento de la demanda sobre el nivel de precios ¿puede considerarse como un caso de inflación de demanda (jalón de precios) o inflación (empuje) de costos?
Tratemos de responderlas según la visión tradicional del modelo de metas de inflación y según la visión postkeynesiana, y después ver algunas implicaciones.
La noción de exceso de demanda proviene de la visión tradicional del modelo de metas de inflación, se refiere a una situación en que el nivel o crecimiento del producto está por encima de su nivel o crecimiento potencial. Como se considera que en el corto plazo el producto actual está determinado por la demanda, pero el producto potencial está determinado del lado de la oferta (existencia de capital, recursos naturales y mano de obra), una brecha positiva de la diferencia entre el primero y el segundo, presiona al alza los precios. Esa inflación de demanda seria persistente mientras la brecha sea positiva, y se disipa cuando el nivel o el crecimiento del producto actual se ajustan al producto potencial.
Según el caso, donde se entrega dinero de los fondos de pensiones a los trabajadores una sola vez, el efecto sobre la demanda es de una sola vez y en menor proporción. Razonablemente, parte de ese dinero no se gasta de inmediato, porque va a pagar deudas acumuladas y porque por precaución se posterga el consumo. Es decir que hay reflujo, parte de la emisión monetaria vuelve a los bancos y a sus reservas en el BC. Por tanto, el impacto sobre los precios por exceso de demanda, de existir, es de un solo periodo, no persistente ni aceleracionista. Esto así, porque en nuestro país hay muy poca inflación pasada que se traslada a la inflación actual, debido a que la resistencia del salario real es muy débil.
Sobre el punto de si es inflación de demanda o inflación de costo, el Gobernador parece afirmar que se generan ambas. La inflación por una brecha positiva del producto, que es la de demanda y una inflación originada en un choque de oferta por el impacto de la devaluación sobre los costos. Pero la idea de que los trabajadores con los recursos recibidos vayan a generar un “exceso de demanda” de dólares, no es realista. Con sus ingresos diezmados por la crisis y niveles bajos de salarios, los trabajadores normalmente no ahorran sino que,en su conjunto, incurren en déficit y están en deuda (personal e hipotecaria), y es muy difícil que puedan o se arriesguen a especular con dólares, al menos que haya una hiperinflación. Es injusto atribuirles hipotéticamente un fenómeno como la mayor depreciación del peso a los trabajadores, que ya está sucediendo por la fuga de capitales y el déficit en cuenta corriente. Además, si hay un componente de la demanda que tiene un reducido coeficiente de importación, es el consumo de los trabajadores. Por tanto,es el que menos demanda divisas para importación y más producción nacional, en relación al consumo de los grupos de altos ingresos.
Nos queda, resumiendo, que la alta inflación según Valdez Albizu, sería entonces por la persistencia de una brecha positiva del producto. Esto se afirma en una situación sin precedentes en la historia contemporánea dominicana de subutilización de la capacidad productiva, exceso de inventario y desempleo de la mano de obra. Además,como se ha comprobado empíricamente,el producto potencial sí depende de la tendencia del producto actual y por tanto de la demanda esperada. Por lo cual, la brecha del producto tiende a cerrarse por el efecto de la demanda vía el multiplicador y el acelerador de la inversión. Lo que está sucediendo ahora es, que por la insuficienciadel gasto público, el producto potencial se está ajustando a la baja tendencial del producto actual. Sumándose a ello, tenemos una deflación por insuficiencia de demanda y no por exceso de demanda.

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