Esperanzado en que el próximo 20 de mayo habrá de  producirse el cambio político, aproveché Semana Santa para reflexionar y  pensar  en todos los que  están inmersos en la  importante  tarea política de planificar y trazar pautas, a fin de evitar por cualquier vía, maniobras  que puedan convertirnos en   víctimas   de la estrategia de los  contrarios.

Porque algunos partidos políticos, especialmente cuando están en el poder, se agencian   asesores y expertos que conocen de estrategia, de tácticas, de estratagemas, pero cuando éstos  además creen que el fin lo justifica todo, no escatiman medios ni esfuerzos para lograr sus objetivos o mantener lo que tienen en sus manos. No juegan a la política. Actúan como si se tratara de una guerra por la vida, donde todo está permitido. Se lo juegan todo por el todo.

Inventan rumores, crean situaciones,  les cambian las fechas, les  colocan  nombres  y los filtran, y que aunque se trate de otras personas o cosas del pasado lejano,  contribuyen de alguna forma a la creación de confrontación entre los grupos. Igualmente lo hacen utilizando  técnicas especiales a su alcance que permiten lo inimaginable para hacer aparentar  lo que en realidad no es, pero que pueden crear disgustos, pérdida de confianza y desilusión, pero sobre todo alteración de la estrategia. Se trata de tareas aberrantes y malas en esencia, pero efectivas a sus propios fines.

 Porque en realidad no todo el mundo está en capacidad de conocer las diferentes  metodologías que se utilizan en la elaboración de las estrategias políticas, que no necesariamente son  iguales  a las que se  aplican en  actividades comerciales o empresariales, y sobre todo,   las diferentes formas de llevar a cabo acciones tácticas y la utilización de escaramuzas  para  confundir a los contrarios y mantenerlos ocupados en tareas que puedan conducirlos a crearles tropiezos y dolores de cabeza.

Basado en esas formas de actuar algunos partidos han podido mantenerse en el poder por mucho tiempo,  utilizando como en el judo la fuerza de sus  contrarios.  Creando situaciones, que aunque basadas en   mentiras o desvirtuando la realidad, las esgrimen y repiten como verdades, precisamente para confundir y dividir.

En tal virtud quiero recordar dos pasajes del evangelio según San Mateo, que aunque no tienen carácter político, representan una verdadera fuente de inspiración y aplicable a cualquier actividad:

Según Mateo 7,15-17 Jesús dijo: “Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos”… Y en  Mateo 7,26-27  “advirtió: “….Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron en aquella casa, y fue grande la ruina”.