¡Cuidado con la misma moneda!

¡Cuidado con la misma moneda!

Eusebio Rivera Almodóvar

Excúsenme de nuevo, pero haciendo uso de la capacidad de conceptualización de mi cerebro, no encuentro mucha diferencia entre “continuismo” y “reelección”, salvo el hecho de que unos se quedan en los cargos sin ser “reelectos” y otros se repostulan y frecuentemente usan la influencia o recursos de sus posiciones para “ganar” de nuevo con o sin marrullerías.
El otro concepto que, para mí, no tiene discusión, es que la reelección es una obscenidad cuando no eres tú, sino tu competidor o adversario, quien quiere reelegirse, es maldita y repugnante cuando eres aspirante a regidor, síndico, diputado, senador o presidente del país, pero necesaria, bendita, clamor popular o reconocimiento a tu “grandiosa” labor, cuando quieres reelegirte.
Los trucos de los reeleccionistas son sustancialmente ofensivos a la inteligencia popular y en ocasiones ridículos, porque incluyen frases como “continuar progresando”, “mejorar lo bueno y corregir lo malo”, “el mismo camino”, “el nuevo camino” o el “cambio” para seguir avanzando (¿?) y, recordando el balaguerato, agrego tres frases: “lo bueno no se cambia”, “no se puede cambiar de caballo cruzando el río” y la filosófica “lo que está bien no hay que arreglarlo”.
En contiendas dentro de las agrupaciones de cualquier naturaleza o partidos políticos, también se estila que grupos antagónicos se critiquen y traten de evidenciar sus diferencias con el grupo de ellos mismos que disfruta del poder y, aparte de censurar el carácter continuista o reeleccionista del que está arriba, juegan con sus propios simpatizantes prometiéndoles que serán la “otra cara de la moneda” cuando en realidad, hasta un infante analfabeto sabe que, si es falsa, la otra cara de la moneda tampoco sirve.

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