Qué bueno que tenemos sol. Es la riqueza que nos ha otorgado la naturaleza, la fuente de energía gratuita que nos provee luz todo el año y vitamina D3, esencial para fortalecer el sistema inmunológico y los huesos. Además, es un importante desinfectante que limpia todo cuanto toca, incluyendo la ropa que lavamos.
Tengo una excelente relación con el sol; como campesina, valoro esta fuente de energía y luz desde que sus rayos asomaban entre las montañas que bordeaban el entorno donde nací. En el año 2005, pasé diez días sin ver el sol, y cuando por fin asomó su cálida presencia en medio de un duro invierno, sentí una alegría indescriptible y comprendí por qué para los egipcios el Sol era el dios Ra.
Es importante ejercitar el pensamiento reflexionando sobre el poder del Sol y su relación con la vida en el planeta. Nos regala energía, especialmente en países como el nuestro, donde el Sol es nuestra fuente más importante.
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En otros países, además del sol, tienen petróleo, gas natural, carbón, entre otros combustibles que explotan y que constituyen sus fuentes de riqueza. Entonces, si aquí tenemos sol 365 días al año, lo sensato es aprovecharlo como nuestra principal base energética.
El país gasta en subsidios para la provisión de energía alrededor de dos mil millones de dólares al año. Pese a esto, es un servicio todavía precario en el que incluso debemos pagar por apagones. ¿Qué pasaría si, en lugar de subsidiar, como consumidores, incentivamos un sistema similar al de India?
En India, diez millones de personas tendrán paneles solares en los próximos tres años. Empezaron en el mes de febrero, y ya han instalado 385 mil en igual número de azoteas. Expertos en energía han calificado este avance como una revolución de energía solar en techos, lograda con una inversión de 892 millones de dólares.
En 1998, se creó la Superintendencia de Electricidad, adscrita entonces al Ministerio de Industria y Comercio. Sin embargo, en 2001, cuando se aprobó la Ley 125-01 que regula el sistema eléctrico, la SIE pasó a formar parte de dicho sistema.
La SIE se constituyó como el ente regulador para defender al consumidor durante el proceso de privatización del sistema, cuando surgieron las EDES. Recuerdo cuando José D. Ovalles Tejada convocó a las organizaciones de la sociedad civil para elaborar el primer reglamento de la Ley 125-01, en el cual la participación de los consumidores era vital. Participamos con buenas intenciones, pero la felicidad no duró mucho; en 2007, se modificó la ley y se eliminó la mayoría de las conquistas en favor de los usuarios del servicio.
Actualmente, la SIE se encuentra abocada a la preparación de un reglamento para regular el uso de los paneles solares. Es pertinente recordar que en países como México, Brasil y Estados Unidos se fomenta el uso de los paneles solares sin exigir impuestos ni permisos especiales. Nadie que conozca la abundancia de sol en nuestro país consideraría depender de combustibles fósiles.
Esperamos que el reglamento en discusión no implique un «impuesto al sol». La energía solar propiciaría la independencia energética, generaría ganancias para los consumidores, ahorros para las empresas y eliminaría los subsidios cruzados. En definitiva, sería un aporte al progreso y desarrollo del país mediante energía limpia.