El presidente Abinader declaró a la prensa que en la conversación con el expresidente Mujica en ocasión de su visita a Uruguay, éste ¨recomendó a los dominicanos trabajar en el fortalecimiento de los partidos políticos, la institucionalidad, la democracia y la transparencia, y advirtió sobre los peligros de confiar en figuras que se presentan como mesías con promesas de resolver todos los problemas¨. Partiendo de estas sabias palabras de Mujica y a propósito de la tan discutida sentencia del Tribunal Constitucional que declara no conforme a la Constitución los artículos 156 y 157 de la Ley No. 20-23 Orgánica del Régimen Electoral, quisiera hacer algunas reflexiones que no pretenden analizar la procedencia o no de la decisión de esta alta corte, más bien analizar en el contexto actual, el papel de los partidos políticos en la sociedad, la necesidad de su fortalecimiento y su importancia para la democracia dominicana.
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Los partidos políticos son parte integral de la democracia. Es a través de estas instituciones donde se canalizan los intereses de la sociedad, ya sea que el ciudadano pertenezca activamente o no a un partido político, sus intereses están representados a través de cada uno de los niveles de participación en las instancias de poder del Estado. La participación política en la República Dominicana se desarrolla a través de un sistema de partidos que ha venido evolucionando a través de un proceso jurídico intenso, sobre todo después de su constitucionalización en el 2010, y el marco regulatorio creado a partir de la Ley No. 33-18 de Partidos Políticos, aun con todas las modificaciones que ha sufrido. Sin embargo, la estabilidad de este sistema constantemente se ve amenazada por muchos elementos que inciden en lo interno de estas agrupaciones. Por ejemplo, en algunos casos, la actitud retrógrada de su dirigencia hacia la pluralidad y participación, que limita y transgrede la libre expresión de sus militantes en la toma de decisiones. Otro elemento perturbador es el transfuguismo cada vez más creciente de sus dirigentes. Y, por supuesto, la reciente aprobación de inscribir candidaturas independientes fuera de la plataforma de un partido político será un elemento que tendrá un gran impacto en estas estructuras.
No obstante estos elementos citados, a mi modo de ver, uno de los aspectos que más perjudica la democracia interna de los partidos y en consecuencia su credibilidad hacia la ciudadanía es el método de escogencia de sus candidatos para los cargos electivos a través de encuestas, aprobado en la ley 33-18 (de Partidos) y la ley 20-23 (del Régimen Electoral), utilizado para la escogencia de la mayoría de los candidatos en el pasado torneo electoral de 2024 y sobre lo cual me referiré más a fondo en próximos artículos. Este mecanismo resquebraja la participación y la transparencia y debilita la legitimidad de los procesos. El método más democrático es medir fuerzas a través de un proceso comicial donde cada militante ejerza su derecho a votar, participe y se involucre en la elección de sus candidatos. Este mecanismo de elección contribuye a evitar el uso del dinero para influir y manipular voluntades y protege las estructuras partidarias de la infiltración de personas de dudosa procedencia y de cárteles de organizaciones ilícitas que buscan posicionarse en estructuras de poder y violentar la institucionalidad del país.
Por eso es importante fortalecer la institucionalidad de los partidos, la participación y transparencia, de manera que aumente la confianza y credibilidad de la ciudadanía hacia estas estructuras. Los partidos políticos, quiérase o no, son la base de la democracia y sus miembros están obligados a establecer los mecanismos necesarios para su modernización e institucionalización. Así y solo así se podrá combatir todas las amenazas que les acecha y protegerlos de que su credibilidad se vea erosionada.
Quiero cerrar estas reflexiones con una frase de Daniel Zovatto en su trabajo Regulación de los partidos políticos en América Latina: ¨Los problemas de la democracia se solucionan con mejores partidos, no con outsiders¨.