Cuidado con los chiquitos

Cuidado con los chiquitos

ANTONIO PEÑA MIRABAL
En un sistema electoral de doble vuelta, como el vigente en el país, cuando no se tiene una ventaja determinante sobre los demás, que asegure una solución de primera vuelta, hay que tener presente que, por insignificantes y pequeñas que sean candidaturas adversas, representan un valor apreciable, y por tanto constituye un error para los que se consideran ganados, no prestar atención a las mismas.

Cuando para ganar unas elecciones presidenciales es necesario obtener el cincuenta por ciento más un voto del total emitido, hasta el que apenas obtiene un medio por ciento es importante. El cuadro político que se presenta para las elecciones de mayo próximo sugiere que si hay una solución de primera vuelta a favor del presidente Fernández, sería con márgenes no tan amplios como los del 2004, por lo que cualquier esfuerzo que se despliegue en busca de fortalecer esa candidatura, se realiza consciente del panorama que se está definiendo.

La salida al ruedo electoral de Eduardo Estrella junto al partido de Hatuey De Camps y otros minoritarios, la posible presencia como candidato del ex-militar Pedro de Jesús Candelier, lo mismo que la conformación de un Movimiento Rebelde encabezado por uno de los dueños del país, y la aglutinación de la izquierda tradicional para asistir al llamado de mayo con un candidato único, puede crear dificultades a la candidatura del presidente Fernández y el PLD, tanto en la primera como en una posible segunda vuelta. Por otro lado, permitir la consolidación de la candidatura de Amable alrededor de un 10 a un 15 por ciento, y la de Miguel Vargas en torno a un 30 ó 35 por ciento, más la diseminación que representan esos grupúsculos que terciarán en las próximas elecciones, dificultan las intenciones de la candidatura del PLD.

Hay franjas de la población que fueron tocadas por el discurso que Eduardo enarboló en la contienda interna del PRSC, y aunque no obtuvo los votos necesarios para derrotar a Amable, dejó en esas franjas un concepto diferente en una parte del reformismo, que al parecer no está dispuesto a darle su voto a Amable. Si Eduardo no se hubiese presentado como candidato, es probable que esa franja reformista no se entusiasmara a participar del torneo electoral y expresara su desacuerdo con la abstención, lo que hubiese beneficiado ampliamente al candidato del PLD. Pero ahora, al entrar al ruedo político electoral incrementa el universo participante, por lo que la base para determinar los porcentajes ganadores es mayor y por tanto los que están arriba en las encuestas deben buscar más votos. Eduardo y Hatuey saben perfectamente que no tienen oportunidades para ganar las elecciones de mayo próximo, pero están convencidos que entre ambos pueden arrastrar votos perredeístas y reformistas que representen un porcentaje que los lleve a una negociación con uno de los punteros en las encuestas. Todo indica que de darse esa negociación sería con el candidato del PRD, ya que Eduardo atacó de forma descarnada al León y Hatuey es rabiosamente antirreeleccionista.

Si bien es cierto que la percepción que se tiene de Candelier es de ser un hombre de fuerza, por sus actuaciones en la vida militar, no menos cierto es que parte de la población del país entiende que se necesita un hombre con sus cualidades para dirigir los destinos de la nación. ¿Es Candelier ese hombre? Los que así piensan tendrían la oportunidad de votarlo en las próximas elecciones de mayo. El caso de Hubieres y su movimiento rebelde puede concitar apoyo en los choferes organizados del transporte público, y aunque parezca una payasada, su intención al presentarse como opción en los próximos comicios busca aglutinar en torno a él y no dejarle a los partidos tradicionales, ese sector que tanto opina y comenta en conchos y guaguas, y eso también torpedea la candidatura del presidente Fernández y el PLD.

Lo que se vislumbra para las próximas elecciones presidenciales es que el electorado tendrá opciones distintas para su elección, como siempre ha sido, con la diferencia de que las mismas concurrirá un candidato que al mismo tiempo es Presidente de la República, pero además, entrarán al escenario candidatos minoritarios independientes de los partidos tradicionales, que podrían entre todos alcanzar entre un 8 y un 12 por ciento del electorado. Si entre Amable, la Cuarta Vía, Hubieres, Candelier y la izquierda se llega a un 21 por ciento de la votación, y el candidato del PRD mantiene el 33 obtenido por ese partido en las elecciones del 2004, el escenario de la segunda vuelta está planteado, y en ese escenario, esos grupos pequeños independientes tendrán en sus manos la llave que conducirá al Palacio Nacional al próximo Presidente de la República, por lo que hay que tener cuidado en el trato que se le dispensa desde ahora, y no cuando la pasión de la campaña electoral haya arrojado resultados desfavorables.

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