Sea por impulsos naturales, por morbo o perversión, el sexo sigue siendo el tema top en la Internet, y en República Dominicana no somos la excepción, pues, junto al chateo y envío de correos electrónicos, la pornografía es uno de los tres renglones de mayor acogida en la web, según  señaló el experto en electrónica y telecomunicaciones Hiddekel Morrison.

Pero los que buscan sexo en Internet no son sólo los que entran a páginas dedicadas a la pornografía.  Ahora muchos también se valen de juegos de comunidades virtuales para tener este tipo de interacción.

Éstas son plataformas en las que el usuario puede crear una imagen de sí mismo (avatar) y desarrollar comportamientos y conexiones con otros usuarios en una simulación de la sociedad real.

En estos juegos, usted puede crear su imagen a gusto, incluyendo  características físicas y, si desea, otros complementos como la vestimenta. Es decir, que su avatar puede estar desnudo o no, según la página de Internet lo permita. “Estos son juegos en los que puedes asumir una personalidad que no es la tuya y que a veces se utilizan para hacer también juegos de realidad virtual vinculados a la sexualidad y el cibersexo”, explicó Morrison.

Otros juegos son aplicaciones creadas específicamente para el cibersexo, desarolladas y promovidos por portales de pornografía. Es todo un mundo de aplicaciones y juegos eróticos que se pueden utilizar a partir de animaciones o chat en vivo y su usuario más común son los adultos, quienes acceden a ellas motivados por patologías sexuales o con el simple interés de enriquecer sus relaciones íntimas.

 Hasta ahí todo suena  bien, pero cuando se sabe que al utilizar estas aplicaciones el usuario se expone a que le roben los números y contraseñas de sus cuentas bancarias o a ser estafado al solicitar algún servicio, a cualquiera se le quita la curiosidad.

Un entretenimiento muy arriesgado.  Morrison explica que los usuarios de este tipo de aplicaciones en Internet son potenciales víctimas de malware (software que se infiltran o dañan la computadora, como los virus) y virus informáticos.

“Los portales de pornografía y de contenido para adultos son los  que más se utilizan para que, en el momento en que el usuario descargue una aplicación,  se descargue también un programa que puede ser un software espía, el cual puede enviar los números de tarjetas de crédito, tus datos personales o utilizar el computador como zombie”, añade. Los computadores “zombie”, tras ser infectados por un malware, son utilizadas  por terceras personas.

Además, el experto indica que los usuarios de estos portales puede ser estafados al solicitar algún servicio, siendo que le cobren más de lo que realmente cuesta o que le cobren el dinero y nunca reciba lo solicitado.

¡Cuidado! Ante esta realidad lo más recomendable es no utilizar estas aplicaciones que, no sólo pueden afectarle económicamente, sino que también pueden perturbar sus relaciones sociales y su sexualidad.

Morrison enfatiza en que “el uso de estas herramientas es más pernicioso que positivo” y puede terminar “desbordando” a un usuario que tal vez inicie con juegos muy ingenuos pero luego resulte invadido por aberraciones que se promueven en estos portales.

También señaló que en la web las personas nunca revelan su verdadera identidad, lo cual genera muchos problemas en aquellos que deciden citarse a ciegas.

Aberraciones

“Los usuarios más comunes son personas que tienen algún tipo de aberración o problema vinculado a la sexualidad. Hay muchos pederastas e , incluso, la pornografía explota esa patología. Por ejemplo, hay clasificaciones para quienes tienen predilección por el sexo con animales (zoofilia), para los que tienen afición por el sexo con muertos  (necrofilia) y  todo un renglón de aberraciones que también se ven en la web”, comentó Hiddekel Morrison.