¡Cuidado, un día llegará el lobo!

¡Cuidado, un día llegará el lobo!

Millizen Uribe

Un peligro pende, como espada de Damocles, sobre el sistema político dominicano. Si esto fuera un cuento infantil, les diría que se trata de un lobo que acecha a su presa: la democracia. Pero en términos políticos más modernos, y menos figurativos, se trata de un descontento silente y creciente sobre la utilidad de los valores democráticos.

Encuestas como el Latinobarómetro de las Américas han venido retratando una falta de confianza en este sistema político y sus instituciones que, aunque con sus altas y bajas, son constantes.

La entrega más reciente reveló que el apoyo en República Dominicana es solo un 50% y que, inclusive, un segmento de la población (13) prefiere un Gobierno autoritario, siempre y cuando resuelva.

Precisamente, esta última coletilla, explica el nivel de insatisfacción. Cada vez más personas ven imposible en este sistema político resolver sus problemas fundamentales.

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Este es un fenómeno inquietante porque sirve de caldo de cultivo para los extremismos. Sí, estoy hablando de los famosos outsiders, candidatos electorales que vienen de fuera del sistema y que inciden de manera abrupta en la actividad política.

Por supuesto, lo preocupante no es su no pertenencia al establishment político, que merece muchas críticas. El problema es cómo estas personas utilizan la desconfianza de la población para promover un accionar que viola derechos y socava, aún más, la democracia.

Si bien es cierto que hasta ahora el país ha tenido suerte de no tener un outsider, a diferencia de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa, me desconcierta que la mayoría de la clase política no está preocupada ni ocupada con esto y por el contrario se reedita en una praxis política que sirve como carburante de este fuego. Los debates aquí son utilitarios y vacíos. Pero, ¿Quién o quiénes están pensando en proyectos e iniciativas que ataquen de fondo esta crisis y respondan?

Es mucho lo que se puede teorizar y, precisamente, ese exceso de retórica es el problema. Al final las personas demandan menos discursos rimbombantes y más respuestas concretas a sus necesidades.

En el caso de República Dominicana son muchos los temas pendientes en los que la insatisfacción es la norma y conllevaría a preguntas como: ¿Para qué sirve la democracia? ¿Con qué se come eso? Entre esos temas están: el alto costo de la vida, los bajos salarios y pensiones, la inseguridad ciudadana y la falta de acceso a sistemas de salud, seguridad social y educación de calidad, entre otros.

Es harto sabido que no se trata solo de ir a las urnas cada cuatro años. La expectativa real pasa por voluntades políticas reales y comprometidas con buscar solución a estos y otros problemas. De lo contrario, ¡preparémonos! Que no transcurrirá mucho tiempo antes que algún outsider reivindique lo de la mano dura para confiscar derechos y hacernos retroceder. Y es que nos podemos cansar de que constantemente nos amenacen con la llegada del lobo. Pero, ¡cuidado, algún día llegará y más vale que estemos bien preparados!

Millizen Uribe

Millizen Uribe

Periodista. Editora del Periódico HOY Digital

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