Cuidemos nuestros activos

Gran indignación ha provocado el pronunciamiento que el gobernador del Banco Central de la República definió como “desaprensivo y difamatorio” de parte del hasta ahora desconocido Comité Nacional de la Lucha Contra el Cambio Climático (CNLCC) contra el Banco de Reservas, único banco comercial propiedad del Estado dominicano.
Las temerarias declaraciones del CNLCC sobre supuestas dificultades del Banreservas con el encaje legal, caen en el abismo al momento de informarse que hace algo más de treinta años que el mayor banco comercial del país no presenta problemas de ese tipo y por el contrario, exhibe fiel cumplimiento a las normas bancarias y prudenciales contempladas en la Ley Monetaria y Financiera. Sumado a todo esto, es apropiado afirmar que en los actuales momentos el banco estatal posee niveles superiores a los exigidos por la legislación dominicana con respecto al respaldo económico y financiero a sus operaciones definidos por el encaje legal.
Del mismo modo merece nuestra atención la evolución positiva que viene exhibiendo la inversión extranjera en nuestro país, pues de acuerdo a informes oficiales durante el año 2015 superó los dos mil millones de dólares presentando un incremento de aproximadamente 1% con relación al año 2014. De esa cantidad el 49% fue invertido en el sector turístico.
Tanto el Banco de Reservas como el desarrollo turístico del país son activos de los dominicanos que merecen ser defendidos por encima de estructuras partidarias, ideológicas y de cualquier otra índole. Por tal razón es más que patriótico oponerse a cualquier acción que tienda a afectar una institución bancaria que le aporta al presupuesto de la nación algo más de 5 mil millones de pesos al año y que a pesar de ser estatal, es el banco comercial más importante del país.

Así mismo, es de dominicanos comprometidos con la República evitar cualquier hecho que nos desacredite como polo turístico escogido por cerca de seis millones de personas que cada año nos visitan, ya que este sector aporta cerca del seis por ciento del Producto Interno Bruto de la nación.