Culpa a cabildos desorden urbano

Culpa a cabildos desorden urbano

POR ODALIS MEJIA
El arquitecto Omar Rancier, consultor en urbanismo, afiró ayer que en el país existe un desorden en materia de políticas municipales que dificulta la gestión y administración del espacio urbano.

Consideró que la administración municipal debe ser la responsable de todo lo que pasa en el territorio urbano, en coordinación con el gobierno central y con el sector privado.

«Aquí tenemos una tendencia faraónica de que de repente a alguien se le ocurre un proyecto que tiene que ver con la ciudad y lo hace sin consultar al municipio, sin consultar  las instancias que tienen que ver con la gestión, administración y planificación de la ciudad y  ese es uno de los grandes problemas», afirmó Rancier al participar en el programa Uno más Uno, de Teleantillas, que conduce Juan Bolívar Díaz.

Dijo que hay que darle poder y recursos a la municipalidad, que ha sido un vector de desarrollo importante en otros países y crear una participación del sector privado en asuntos de las ciudades para que actúe como parte en la administración de la ciudad.

El desorden en las políticas municipales se hace evidente en el problema del tránsito, que hay que verlo como una parte integral del problema de la ciudad, razonó Rancier.

Puso como ejemplo de esa situación que aquí se vendieron los elevados y los túneles como la solución al problema de taponamiento de la ciudad de Santo Domingo y que, sin embargo, en la práctica se ha visto que no.

Dijo que esto se había advertido porque en todas las ciudades del mundo se está cuestionando este tipo de intervención dentro del territorio urbano, ya que los elevados y viaductos se están construyendo en la periferias, sin embargo aquí se partió la ciudad con una serie de túneles y elevados que no han solucionado esencialmente el problema del tránsito.

Expresó que cualquier solución que se busque al problema del tránsito debe responder a un plan de organización de la ciudad que tenga que ver con darle a cada zona las atribuciones y los usos necesarios.

Rancier estimó que hay que desarrollar una política que desincentive el uso de los automóvil, con la creación de un sistema de transporte colectivo que se ha demostrado que ha funcionado, pero que por politiquería ha sido descontinuado. Con respecto a la construcción de un metro, señaló  no es que se descarte como solución, sino que debe ser la última, porque es la más cara para un país que está inmerso en una crisis económica.

Afirmó que aunque se ha dicho que el Metro costaría US$50,000,000 por kilómetro, esto podría incrementarse puesto que en Caracas actualmente se construye uno que asciende a US$90,000,000/km y en Puerto Rico a US$150,000,000.

Sugirió que se recurra a alternativas más económicas y que han resultado en países como Brasil, Colombia y Ecuador y  que han sido imitadas en Otawa y Australia.

Dijo que con el Metro se ha burlado todos los organismos que tienen que ver con planificación de políticas urbanas, al nombrar un subsecretario para la construcción del mismo. «Con el caso del Metro, un subsecretario sólo para el Metro, se ha pasado por encima al CONAU, Obras Públicas, la municipalidad se ha convertido en un proyecto de secreto de Estado», dijo Rancier.

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