Culpa del administrador

Culpa del administrador

Por boca de un importante funcionario sábese que no habrá 4% del producto interno bruto para el sistema público de educación. Con el total de las apropiaciones consignadas en la Ley de Gastos Públicos para el 2011, se llega al 2.4%. Y punto, no más, se afirma. No hay radicalidad en la exposición. Lo que prevalece es un modelo equívoco de administración del Estado. El modelo se basa en inaudita expansión del gasto corriente, apertura al déficit fiscal y financiamiento con ahorros externos.

Casi nada. El problema es que se habló y cantaleteó que el modelo era desacertado pero el administrador no escuchó consejos, sugerencias ni críticas. Ahora, con el agua al borde de los orificios nasales, el gasto público toca fondo. Casi nada. El problema es que el propio Fondo Monetario Internacional, que complaciente apoyó una política de gasto disparatada, ahora reclama mesura. ¡Ha visto hundirse tantas naves guiadas por apolíneos capitanes! Casi nada. El problema es que ahora se recomienda no recurrir más al financiamiento reembolsable.

Es lamentable que la recomendación llegue ahora. Porque llega tarde. Entre las obligaciones derivadas de los gastos de administración del tambaleante y pesado monstruo, figuran las del personal. Muchas otras hacen fila con el jarrito en la mano, incluyendo ésta de la educación. Pero las cuentas de personal, los subsidios a la electricidad y el servicio de la deuda, se lo llevan todo. Por supuesto, en el servicio de la deuda hay tanto gasto corriente como gasto de capital. Porque, para seguir pidiendo prestado se precisa abonarle al principal.

Por ello es imposible atender las demandas que reclaman el 4% del producto interno bruto para el sector público de la educación. Como tampoco puede concebirse que a los gobiernos locales se les entregue el 10% del total del Presupuesto de Ingresos. Ni muchos otros pedidos, reclamos ni algazaras que rozan el malogrado modelo basado en una desmesurada expansión del gasto público.

Justo en instantes en que se confiesa por carambola la fractura del modelo de expansión del gasto, desequilibrio fiscal y financiamiento reembolsable, muchos pueblos hablan de reducir gastos. Nada menos que una ex jefe de Estado y Gobierno, la chilena Michelle Bachellet, recomienda a República Dominicana reducir gastos. En Nueva York, el alcalde Michael Bloomberg habla también de reducir gastos y apunta hacia la cuenta de personal. En Europa, tras la crisis, esa es la moda.

Quizá convenga que el país se sume a la moda. Después de todo, el que resulten insatisfechas políticas de gasto social engendradas en instantes más fulgurantes por el mismo administrador, es culpa del administrador.

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