POR JORGE RAMOS
La arrendataria del bar del Teatro Nacional, Mildred de la Mota, pidió a las autoridades de la Secretaría de Cultura que definan la situación del establecimiento, debido a que ella no aguanta los gastos y la presión de pago al personal. La actriz denunció que hace dos meses los funcionarios de turno de esa institución estatal le dijeron que recogiera sus cosas porque era para afuera que iba, sólo porque tenía dos atrasos en el pago.
Fue entonces cuando me empantaloné con mi abogado Ricardo Ogando. Al producirse el escándalo me recibieron y negociamos en una reunión que tuvimos con el subsecretario de Cultura, Alexander Santana, y el consultor jurídico Fidias Bencosme.
La administradora del bar del Teatro desde hace ocho años, dijo a ¡ALEGRÍA! que como acordaron en ese encuentro, ella entregó un informe de los compromisos económicos, incluyendo la deuda con el banco y los cálculos para la liquidación del personal y otros números.
Ellos quedaron en evaluar todo eso para descontar lo que le debo al Teatro Nacional y con el resto pagarme la indemnización, además de que me prometieron un contrato de trabajo para administrar el área del bar, que sólo se abriría cuando la sala principal estuviera presentando alguna función, explicó.
De la Mota agregó que de acuerdo a lo conversado en esa reunión hace dos meses, el local sería remodelado para hacer actividades propias de Cultura y del Teatro, algo que valoró entonces como muy justo.
Lo que sucede es que ya han pasado dos meses, me canso de llamar, nunca hay tiempo para mí y por consiguiente, eso que se habló no se ha llevado a la práctica, de modo que me siento en el aire, con un pie aquí y el otro allá, pero con todas las deudas encima.
Precisó que ante tal situación el bar se ha convertido en un desierto, no se vende un sólo centavo, nadie se interesa por presentar una obra allí y hasta los teléfonos están cortados.
Significó que está pagando un préstamo que tomó en un banco para comprar el acondicionador de aire del bar, porque cuando se solucionaron los problemas con esos equipos en el Teatro Nacional, Cultura nunca quiso costear esa parte de la edificación.
Tengo dos meses atrasados con ese préstamo, ya no sé qué voy a hacer, esto es un abuso y un irrespeto lo que se ha cometido conmigo. Tampoco soporto la presión de los empleados, a quienes hay que pagarles sus salarios o en su defecto liquidarlos. Me siento aplastada como una hormiga.
Mildred de la Mota destacó los aportes que le ha sumado al arte nacional en estos ocho años que el bar se convirtió en una segunda casa de los artistas dominicanos.
Creo que por esas cosas y por la inversión que he realizado en todo este tiempo, merezco respeto y consideración. Esto no ha sido regalado y tampoco es un puesto político de cada cuatro años, soy una inversionista. Que definan si me voy o me quedo, porque ya no aguanto más.