Cultura aún no ha invitado a Aida Trujillo para recibir Premio Novela

Cultura aún no ha invitado a Aida Trujillo para recibir Premio Novela

Aida Trujillo Ricart, nieta del dictador Rafael Leonidas Trujillo y autora de la controversial obra “A la sombra de mi abuelo”,   reveló que aún   no ha recibido de la  Secretaría de Cultura  la invitación para recibir el Premio Nacional de Novela   Manuel de Jesús Galván  2008.

“Todavía  no he recibido nada. En las fechas en las que estamos ni siquiera una felicitación”, de esa forma respondió Aida tras ser consultada a través de su correo electrónico.

Los Premios Anuales de Literatura y Música, que enmarca varias categorías, entre éstas la de  Novela, serán entregados el  próximo viernes, a las 6:00 de la tarde, en  la Sala Máximo Avilés Blonda, de Bellas Artes.   

La ganadora a la  mejor novela del 2008 habló para ¡Vivir! sobre las críticas vertidas  a propósito de la premiación, del proceso de elaboración de la obra, de su padre, Ramfis Trujillo, del doctor  Joaquín Balaguer, su madre Octavia Ricart (Tantana) y de su “personaje favorito”, su abuelo, el dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina.  

Un premio justo

Desde su residencia en Madrid, Aida se mantiene al tanto de cuánto se ha dicho y  escrito en el país luego de que un jurado compuesto por Manlio Argueta,  novelista de El Salvador; el narrador azteca Jorge Volpi, y Roberto Marcallé Abreu, por la República Dominicana,  le otorgara el Premio. Frente a la crítica, afirma que es un galardón justo pero que es lógico que surjan “adversidades”, y más en este caso particular, tratándose  de una novela que se desarrolla a la sombra de un tremendo personaje como fue el dictador Trujillo.

“Trabajé durante once años en este proyecto, ¡es mío! y sí la editorial se encargó  de escribir casi todo el texto, contratando a buenos escritores, ¿por qué se dice que no es  una novela y que está mal escrita? ¿No le parece una gran incongruencia? Se pregunta Aida, tras buscar  mentalmente  la  manera  cómo defenderse de las críticas hechas por intelectuales dominicanos, entre ellos Hamlet Hermann y Franklin Franco.  

Hermann en un artículo publicado en este diario dijo  que “la versión original tenía cien páginas más que las que, en definitiva, fueron publicadas. Pero la Editorial Norma calculó que “Trujillo vende”. Y no se equivoca. Le entregaron entonces el manuscrito a su editor en jefe para que la adecuara a “los gustos del mercado”.

Franco, en otro artículo, también publicado en HOY,  dijo que con el premio otorgado a esta obra “deshonraron los  premios  Cultura”.

La obra contiene 131 páginas.

Según Aida el proceso de  su elaboración  fue díficil y sobre todo muy duro y doloroso.

Sobre el título afirmó que el grupo editorial Norma lo propuso, al justificar “que no es un libro de historia ni sobre Trujillo, sino un libro sobre mi vida”.

La frase

Aida Trujillo

Si un pueblo entero considera que mi abuelo fue ajusticiado, es que fue ajusticiado. Cometió demasiadas barbaridades y eso  me duele profundamente…¡pero  tengo que asumirlo!”.

Un tema sensible

Sobre Joaquín Balaguer,  Aida dice que prefiere mejor  no hablar. “Ya dije lo que tenía que decir en mi libro”. 

En el capítulo XV de este libro Aida dice que  “Balaguer boicoteó, expropió e incluso destruyó, a menos que, por pertenecer al Patrimonio Nacional, no pudiese  hacerlo, todo lo que había rozado, directa o indirectamente, al finado mandatario…”

Al  preguntársele si alguna vez tuvo algún roce con el  caudillo y fundador del Partido Reformista Social Cristiano, fue enfática, “nunca tuve interés de hablar con ese señor.

“El eterno ausente”

De esta  forma define Aida a su padre Ramfis Trujillo sobre quien reveló está escribiendo su segundo libro,  un proceso de elaboración, según ella, igualmente, muy doloroso.

Aida confirmó que su padre meses antes de morir  tenía planes de regresar al país, esta vez con aspiraciones políticas, para ello había recibido una invitación, de quienes no reveló  nombres.

Dijo que su padre no se quedó en el poder tras la muerte del dictador    porque “nunca  se sintió realmente atraído por el destino que Trujillo  le tenía reservado”.

Ramfis, a entender de  su hija, era un gran gourmet, disfrutaba de la buena mesa, y fumaba muy poco, dos o tres cigarillos rubios, como máximo, al día.

“Un  tierno abuelo”

Rafael Trujillo es recordado por  Aida como “un tierno  abuelo”, de quien dijo prodigó amor no sólo a ella  sino a todos sus nietos,  y  “nunca lo vi enojado”.  Afirmó  que Trujillo fue para su madre Tantana  como  un segundo padre y  que su abuela, María Martínez, nunca le mostró  aprecio producto de esos celos  malsanos de los que sufren algunas madres. “Mi madre fue una mujer muy sufrida  y  mi padre fue el culpable en el plano práctico, en el plano espiritual, fue ella”.

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