Cultura hispana es resaltada por dirigentes Tony Peña y Ozzie Guillén

Cultura hispana es resaltada por dirigentes Tony Peña y Ozzie Guillén

Para entener por qué cada equipo de Grandes Ligas enseña inglés a sus jugadores de países de habla hispana, el hombre que introdujo esa instrucción cuenta la historia de Davey Concepción y Virgilio Mata.

Sal Artiaga, ahora director de operaciones de América Latina para Filadelfia, era ejecutivo de desarrollo de jugadores de Cincinnati cuando los Rojos firmaron a Concepción y Mata en los años 60. Ambos eran siores venezolanos y Artiaga recuerda que los scouts decían universalmente que Mata tenía “el doble de talento” que Concepción.

Pero Concepción pasó a motorizar la Maquinaria Roja que ganó dos Series Mundiales, ganó cinco Guantes de Oro y fue seleccionado a nueve equipos estrellas. Mata colapsó y nunca llegó a AAA.

Artiaga dice que la diferencia entre ellos no era el fildeo o bateo, sino que Concepción se adaptó a la cultura americana y aprendió inglés, ajustes que Mata nunca hizo.

“Rayos, ese muchacho podía jugar”, dice Artiaga de Mata. “Es importante señalar que no era un mal muchacho. Solo tuvo problemas con los ajustes, como pasa con muchos. Si se ven demasiado agobiados, obviamente van a tener problemas”.

Reducir esos problemas se ha convertido en un negocio para el béisbol. Los 195 jugadores de ocho naciones de habla hispana en los rosters de las mayores, representan un 23.5 por ciento del personal del béisbol. En las menores, hay otros 2,650 jugadores bajo contrato de países hispanos.

Para ayudarlos a hacer la transición, Artiaga ha escrito dos manuales que la Major League Baseball entrega a todos los equipos. El ex presidente de las ligas menores publicará un tercer manual esta temporada, un volumen de 160 páginas escrito en inglés y español que cubre todo desde una recta de dos costuras hasta cómo alquilar un apartamento.

“Si usted trabaja como la Industria Dow y lo asignan a un país diferente, ellos se toman su tiempo y le enseñan el nuevo idioma y las costumbres, no solo a usted, sino a su familia”, dice Artiaga. “Creo que tenemos una obligación moral con nuestros jugadores”.

[b]CLASES DE INGLES[/b]

Muchos equipos comenzaron a dar clases de inglés en los años 90, pero Artiaga dice que esta temporada las organizaciones han comenzado a mostrar más interés que antes.

Bajo el acuerdo básico de la MLB con el sindicato de peloteros, todos los conjuntos deben proveer clases de inglés si se les pide, pero ya no se necesita una petición formal.

“Usted perderá terreno si no lo hace”, dice Lou Melendez, vicepresidente de operaciones internacionales de béisbol de la MLB. “Puedo decirles que todo el mundo presta atención a ese mensaje”.

Especialmente con la cantidad de dinero envuelto.

El año pasado los equipos invirtieron US$76 millones solo en la República Dominicana, dice Rafael Pérez el manager senior de MLB en esa nación caribeña. La mayoría fue en bonods por firmar, dice Pérez, pero los equipos también gastaron unos US$15 millones para manejar sus academias, que generalmente albergan unos 45-50 jugadores. Tampa Bay, San Luis y Milwaukee son los únicos equipos sin academias en la República Dominicana, dice Pérez.

Pérez dice que la educación de jugadores seleccionados por academias dominicanas generalmente va de sexto de primaria a primero de bachillerato y que solo reciben clases en inglés si sus familias pudieron darse el lujo de una escuela privada.

“Llegar a las mayores es difícil para cualquier niño americano, pero es mucho más difícil para un dominicano”, dice Pérez, un dominicano que pasó dos años en la organización de los Piratas de Pittsburgh. “Me pregunto cuántos americanos jugarían béisbol si las mayores estuvieran en República Dominicana o en cualquier otro país. Solo cuando la gente puede revertir la situación entiende.

La MLB inauguró su oficina en la República Dominicana en el 2000 y ha establecido pautas que cada club debe seguir en condiciones del terreno, albergue y nutrición. Cada academia le da clases de inglés a sus inquilinos, pero generalmente se entiende que el proceso de aprendizaje realmente no comienza hasta que el pelotero llega a los Estados Unidos.

“Una de las filosofías que tenemos es que mantendremos a nuestros muchachos latinos en el complejo de los entrenamientos de primavera el primer año para que puedan recibir sus lecciones de inglés”, dice Artiaga. “Eso va a la confianza que uno trata de establecer. Primero, hay que eliminar el factor del miedo. Mientras más temprano demuestran que entienden las instrucciones y se pueden comunicar independientemente, más rápido se preparan para avanzar.

[b]FACILITANDO TRANSICION[/b]

El dirigente de los Medias Blancas, Ozzie Guillén, un venezolano, dice que el nivel de educación de los jugadores de habla hispana ha mejorado significativamente. Pero también se pregunta si se pudieran hacer mejoras, especialmente dado la asistencia que ha recibido la reciente oleada de jugadores asiáticos.

“Siempre hago un chiste de que traemos a un japonés como intérprete porque los jugadores de Japón no hablan el idioma”, dice Guillén, cuyo club tiene nueve latinos y un japonés. “¿Por qué no traemos un latino para ayudar? Le dije a Tony Bernazard (del sindicato) que traemos muchachos que no hablan el idioma y no nos importa. Luego nos dice que aprendamos el idioma”.

Para crear un mejor entendimiento con sus compañeros latinos, los Medias Blancas han enviado a sus jugadores americanos a la academia dominicana. Otro personal del club, desde la oficina frontal al manager del clubhouse, también han hecho el viaje.

“Creo que esto sirve para abrir los ojos”, dice Grace Guerrero Zwit, directora de administración de las menores de los Medias Blancas. “Creo que tienen que entender que estos muchachos no tienen las oportunidades que tenemos aquí”.

Zwit, que es bilingüe, dice que ha visto que la barrera del lenguaje puede crear falsas percepciones de los jugadores hispanos que se niegan a intentar hablar inglés.

Los jugadores de habla hispana reconocen que es su trabajo hacer la transición.

“No, el béisbol no nos necesita”, dice Manny Ramírez, seis veces jardinero estrella de los Medias Rojas. “No, nosotros necesitamos el béisbol”.

Pedro Martínez, el tres veces ganador del Cy Young de Boston, está de acuerdo en que es la responsabilidad del jugador el asimilar la nueva situación.

Al preguntarle si la MLB necesita hacer más, Martínez dice, “Ellos están haciendo más. Tratan de educarnos sobre cómo será la vida en los Estados Unidos porque es uno de los ajustes más difíciles”.

Martínez dice que entender las diferencias culturales es tan importante como aprender inglés para jugadores recién llegados de naciones de habla hispana.

“A veces uno comete errores solo tratando de portarse bien”, dice Martínez. “Por ejemplo, si uno le pita a una muchacha. Aquí a las muchachas no les gusta. En la República Dominicana eso es una forma de enamorarse. Allá está bien. Aquí eso se puede considerar acoso sexual”.

[b]EN AUMENTO[/b]

El número de jugadores de las mayores nacidos en países de habla hispana sigue aumentando. De los 830 jugadores en rosters de las mayores el 4 de abril, 195 (23 %) nacieron en países de habla hispana.

[b]PAIS JUGADORES [/b]

Colombia 3

Cuba 9

República Dominicana 79

México 16

Nicaragua 1

Panamá 6

*Puerto Rico 36

Venezuela 45

*Territorio de EUA

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