Cultura, identidad y pasión de Santiago

Cultura, identidad y pasión de Santiago

Ser santiaguero es una fórmula cosmopolita de vivir. Una identidad con imagen y sentido de pertenencia en el modo de relacionarnos con otros dominicanos. Realmente “nuestra cultura” aunque se expresa en materialidades, ciertamente es un espacio virtual de reciprocidades, relaciones y contenidos que Santiago aporta para forjar el desarrollo humano de la isla.

De 2002 al 2010 en Santiago, gobierno y sector privado invirtieron más de 2,500 millones de pesos en equipamientos culturales. Se construyó el Centro León, se restauró el Monumento a la Restauración y el Gran Teatro del Cibao. Todo el centro histórico fue iluminado, asfaltado y una excelente guía de color de César Payamps, tuvo la magia de recordarnos lo auténtico de la arquitectura republicana y victoriana. Pero no quedamos satisfechos. Se imponía mayor pasión y visión para reconquistar los espacios públicos, llenarlos de animación e “inundar permanentemente cultura” en cada proyecto de ciudad.

Desde el Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano y el Consejo de Santiago, valoramos que para mejorar la calidad de vida, es imprescindible liberar el “Alma de Santiago” y relacionarla con el sentimiento de progreso, pertenencia e integración de la gente. Se conoce que muchos planes estratégicos de América y Europa contienen proyectos culturales, iniciativas que además de producir animación sociocultural, crean empleos y forjan riqueza.

Si revalorizamos el centro histórico, transformamos el vertedero de Rafey en un relleno sanitario, construimos el Parque Central, tratamos toda el agua residual y mejoramos el acceso a los espacios públicos, la cultura debería ser la centralidad de esta regeneración urbana. Se impone aportar herramientas sociales que construyan ciudadanía, democraticen la democracia y eleven el poder popular en la gestión pública de la cultura.

En este orden, el Consejo Estratégico, el Centro León y el CIDEU con apoyo del Ministerio de Cultura, y Ayuntamiento, auspiciados por FONPER, han facilitado la articulación del sector cultural para relanzar una verdadera gestión y animación sociocultural con sello santiaguero desde el Carnaval hasta todas nuestras fiestas, festivales y ferias. Desde el más recóndito taller de caretas hasta la empresa de diseño gráfico más modernista.

Esta es la esencia de la Agenda de Cultura para el Desarrollo; se ha desplegado una planificación estratégica para que la gestión y animación sociocultural, las industrias creativas y el equipamiento concurran en una perspectiva de gobernabilidad y en un sólo mapa de ruta.

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