Cultura y literatura light

Cultura y literatura light

DIÓGENES  CÉSPEDES
Extiendo también a la mujer la definición de Rojas del perfil sicológico del sujeto light, aunque la ideología gramatical del sustantivo epiceno le juega la trampa del machismo inconsciente, le hace creer que el género femenino está incluido en el masculino: “Se trata de un hombre relativamente bien informado, pero con escasa educación humana, muy entregado al pragmatismo, por una parte, y a bastante tópicos, por otra.

Todo le interesa, pero a nivel superficial; no es capaz de hacer la síntesis de aquello que percibe, y, en consecuencia, se ha ido convirtiendo en un sujeto trivial, ligero, frívolo, que lo acepta todo, pero que carece de unos criterios sólidos en su conducta. Todo se torna en él etéreo, leve, volátil,banal, permisivo. ha visto tantos cambios, tan rápidos y en un tiempo  tan corto, que empieza a no saber a qué atenerse o, lo que es lo mismo, hace suyas las afirmaciones como “Todo vale’, ‘Que más da’ o ‘las cosas han cambiado’. Y así, nos encontramos con un buen profesional en su tema, que conoce bien la tarea que tiene entre manos, pero que fuera de ese contexto va a la deriva, sin ideas claras, atrapado -como está- en un mundo lleno de información, que le distrae, pero que poco a poco le convierte en un hombre superficial, indiferente, permisivo, en el que anida un gran vacío moral. “HL, 13-14).

Este es el campo semántico que abarca los perfiles sicológicos más acabados del sujeto light y así han pasado tales rasgos a la literatura, aunque faltan elementos que un gran escritor o una gran escritora puede integrar a su obra, pero siempre como mimesis. Esos rasgos que faltan, serán precisados en algunos cuentos que analizaré. Baste por ahora ampliar la definición de los conceptos básicos del “diagnóstico” del sujeto light, según Rojas: a) Materialismo: “hace que un individuo tenga cierto reconocimiento social por el único hecho de ganar mucho dinero. b) Hedonismo: “Pasarlo bien a costa de lo que sea es el nuevo código de comportamiento, lo que apunta hacia la muerte de los ideales, el vacío de sentido y la búsqueda de una serie de sensaciones cada vez más nuevas y excitantes”. c) Permisividad: “Arrasa los mejores propósitos e ideales”. d) Revolución sin finalidad y sin programa: “La ética permisiva sustituye a la moral, lo cual engendra un desconcierto generalizado”. e) Relativismo: “Todo es relativo, con lo que se cae en la absolutización de lo relativo; brotan así unas reglas presididas por la subjetividad”. f) Consumismo: “Representa la fórmula posmoderna de la libertad”. (HL, 14-15).

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