Culturismo en Afganistán, músculos para escapar de la guerra

Culturismo en Afganistán, músculos para escapar de la guerra

Kabul. En un país en el que miles de jóvenes sufren las consecuencias de la guerra, el gimnasio, sudar y trabajar duro el cuerpo es una alternativa para cientos de afganos que han encontrado una solución muy occidental para huir del desempleo, la drogadicción y hasta el conflicto armado.

Alrededor de 650 deportistas participaron la pasada semana en el concurso nacional de culturismo, organizado por la Federación de Culturismo y Fitness de Afganistán (AFBFF), un número enorme para un país sometido desde hace años a una guerra que refleja el crecimiento del número de jóvenes que acuden al gimnasio para esculpir bíceps y quitarse michelines.

Tras superar varias rondas en seis categoría, el décimo Míster Afganistán es un muchacho de 22 años, Mahmoud Farahi, natural de la provincia occidental de Farah, fronteriza con Irán y conocida por la gran actividad insurgente de grupos talibanes y otras facciones yihadistas.

Farahi estuvo encerrado seis años, pero no en un zulo sino en un gimnasio en el que se sometió a una rigurosa dieta para preparar la competición nacional.

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