Cumbre clima tratará daños océanos y mares

Cumbre clima tratará daños océanos y mares

Perth (Australia), 27/11/2019.- Activists from School Strike 4 Climate and Extinction Rebellion march towards the Parliament of Western Australia after protesting outside the Resources Technology Showcase 2019 at the Perth Convention and Exhibition Centre in Perth, Australia, 27 November 2019. (Protestas) EFE/EPA/RICHARD WAINWRIGHT AUSTRALIA AND NEW ZEALAND OUT

Desde las aguas heladas del Ártico hasta las tropicales del Caribe o las amables del Mediterráneo, mares y océanos del mundo enfrentan los mismos problemas de destrucción de biodiversidad, contaminación y sobreexplotación, a los que la COP25 tratará de hacer frente con medidas concretas.
Pese a la inmensidad de la superficie cubierta por las aguas marinas, cerca del 70 % del planeta, su equilibrio es cada vez más difícil, con riesgos crecientes como los incrementos de nivel y temperatura, que en 2018 alcanzaron cifras récord, según datos de la Organización Meteorológica Mundial.
Prueba de la fragilidad de estos ecosistemas es la reciente catástrofe ecológica del llamado Mar Menor, parte del Mediterráneo ubicado en el sureste de España, donde el pasado mes de octubre aparecieron toneladas de peces muertos tras un episodio de lluvias torrenciales.
La combinación del agua dulce y el vertido indiscriminado durante decenios de sedimentos y restos orgánicos procedentes de la agricultura intensiva y de una costa fuertemente urbanizada, colapsó a flora y fauna tras dejarla literalmente sin oxígeno y convirtió la zona en un mar “más que moribundo” según definición de Jordi Camp, investigador del Instituto de Ciencias del Mar-CSIC de España.
Y es que el Mediterráneo es uno de los mares más vulnerables para la crisis climática y, según la FAO, el de Marzo más sobreexplotado del mundo- su única salida es el estrecho de Gibraltar entre España y Marruecos, carece de suficientes mecanismos naturales para mitigar los efectos negativos del clima y está rodeado por una intensa actividad humana.
Instituciones como la Unión por el Mediterráneo o el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente han alertado de que su cuenca registró un aumento de temperaturas de 1.5 grados respecto a la era preindustrial y prevén que en los próximos años sufra cada vez más olas de calor, más sequías y también más lluvias torrenciales, todo lo cual derivará en efectos socioeconómicos y medioambientales graves. En casos como el Ártico, el calentamiento en principio no debería ser tan negativo, ya que la reducción de hielos mejoraría las rutas de navegación y facilitaría la explotación de los recursos naturales, aunque ello puede generar conflictos por el control de esos recursos.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha advertido en repetidas ocasiones que el desarrollo de esta zona, donde el 40 % de la población es rusa, es ya prioridad de Estado y parte de sus planes de desarrollo geoestratégico.

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