BRASILIA (EFE).- Los jefes de Estado participantes en la primera cumbre de Suramérica y el mundo árabe deberán dar el visto bueno a una declaración que critica la política unilateral de EEUU y reconoce el «derecho de los estados y pueblos a resistir a la ocupación extranjera».

El borrador de la denominada «Declaración de Brasilia», al que tuvo acceso EFE, fue discutido hoy por representantes de las 12 naciones de Suramérica y de las 22 de la Liga Arabe, y a partir de mañana, martes, será examinado por los presidentes.

El borrador aboga por la reanudación de las negociaciones en Oriente Medio bajo el principio de «paz a cambio de territorios» y el respeto a las resoluciones de la ONU.

Reconoce el «derecho de los estados y pueblos a resistir a la ocupación extranjera de acuerdo con los principios de la legalidad internacional y en conformidad con el derecho internacional humanitario».

Pero también la declaración subraya la importancia de respetar la unidad, la soberanía y la independencia de Irak, y considera un «gran avance» las recientes elecciones y la formación del nuevo Gobierno de transición.

La declaración final propone, asimismo, convocar reuniones anuales de ministros de Exteriores para supervisar la aplicación de las decisiones adoptadas en Brasilia.

En el punto que más quebraderos de cabeza ha generado, los 34 países enfatizan «la importancia de combatir el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones».

Irak ha propuesto una enmienda para que «la cumbre condene las operaciones terroristas cuyo objetivo sean los civiles, las infraestructuras y el proceso democrático» y apoye al actual gobierno «en su esfuerzo por reconstruir el país».

El texto supone una dura crítica a la actuación de EEUU e Israel, países que en los días previos habían expresado su temor a que la cumbre de Brasilia fuera un simple instrumento para atacar sus respectivas políticas internacionales.

En este sentido, el documento subraya que el objetivo de la cumbre es «fortalecer las relaciones birregionales, ampliar la cooperación y establecer una asociación para promover el desarrollo, la justicia y la paz internacionales».

La Declaración de Brasilia hace un llamamiento para que se convoque una conferencia internacional, bajo los auspicios de la ONU, que estudie y defina el delito de terrorismo.

Asimismo, apoyan la propuesta de Arabia Saudí de establecer un centro internacional de contraterrorismo y enfatizan la importancia de alcanzar un mundo libre de armas de destrucción masiva.

Los países congregados reconocen el arbitrio del Tribunal Internacional de Justicia y piden que sea consultado en asuntos como el controvertido muro que Israel construye para segregar Cisjordania.

En este sentido, reafirman su compromiso con «la implementación no selectiva de las resoluciones de la ONU y declaran su oposición a medidas unilaterales y a sanciones ilegales impuestas contra los estados».

En relación a este punto, el texto expresa su «profunda inquietud» por las sanciones unilaterales impuestas a Siria de parte de Estados Unidos con el denominado «Sirya Accountability Act».

Además, reafirma la necesidad de alcanzar una paz justa, total y duradera en Oriente Medio, fundamentada en el respeto de las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU que piden la retirada de Israel a las fronteras previas a la guerra de 1967.

Igualmente, subraya la necesidad de aplicar el plan de paz para Palestina conocido como «Hoja de Ruta», fomentado por Estados Unidos Rusia, la Unión Europea y las Naciones Unidas, que defiende la creación de un estado palestino que coexista con Israel.

Para ello, recomienda el desmantelamiento de todos los asentamientos israelíes, incluidos los que existen en el sector este de la disputada Jerusalén.

Asimismo, reafirma que la seguridad y estabilidad en Oriente Medio requiere que la región entera quede libre de armamento no convencional y que todos los países, sin excepción, se sometan al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y a las normas del Organismo Internacional de la Energía Atómica.