Cumbre de Viena
“El enemigo común” acelera deshielo transatlántico

Cumbre de Viena <BR><STRONG>“El enemigo común” acelera deshielo transatlántico</STRONG>

POR EDWARD ALDEN Y DANIEL DOMBEY
En Viena

Solo dos días después de su reelección como presidente en noviembre de 2004, George W. Bush utilizó una conferencia de prensa para hacer algo que pocas veces había hecho en su primer período generador de divisiones: tratar de acercarse a Europa. Después de cuatro años de agrias disputas atlánticas sobre el cambio climático, la guerra en Irak y el tratamiento a los detenidos, el señor Bush prometió una nueva dirección.

 “Cualesquiera sean nuestras discrepancias pasadas, compartimos un enemigo común”, dijo. “Y tenemos deberes comunes para proteger a nuestros pueblos, para confrontar las enfermedades, el hambre y la pobreza en las regiones problemáticas del mundo”.

En la mitad del segundo periodo de mandato del señor Bush, los líderes de Estados Unidos y la Unión Europea elogiaron el miércoles los avances de ese esfuerzo en una cumbre bilateral anual, que fue más notable por la ausencia de mala voluntad que por los logros sustantivos.

A diferencia del primer periodo del señor Bush, cuando los desacuerdos sobre la guerra en Irak ensombrecieron el resto de los temas, la cumbre resaltó que ahora hay pocas fuentes de fricción entre Washington y las capitales europeas.

El señor Bush trató de evitar las críticas esperadas, al sacar el tema de la Bahía de Guantánamo en sus reuniones con los líderes, e inició la conferencia de prensa reconociendo las diferencias que surgieron sobre la guerra en Irak. Sin embargo, expresó: “Lo que pasó, pasó, y lo que queda por delante es una democracia esperanzadora en el Oriente Medio”. Aún sobre temas donde persisten las diferencias, el señor Bush dijo: “Discrepamos de manera agradable”.

Los líderes europeos hicieron eco de ese optimismo. John Bruton, embajador de la UE en EEUU, dijo al Financial Times: “La experiencia de Irak ha enseñado a los norteamericanos las limitaciones del poder militar, pero a su vez, los europeos han aprendido que lo que hayamos pensado sobre la decisión de hacer esta guerra, es en nuestro propio interés tener un Irak estable”.

 “Hablamos menos de nosotros y más del tipo de cosas que podemos hacer juntos para crear un mundo mejor”, dijo Javier Solana, el jefe de la política exterior de la UE al Financial Times, antes de las reuniones de la mañana del miércoles. “Estamos trabajando unidos en casi todos los puntos importantes de la orden del día”, dijo, incluyendo Sudán, Somalia, Kosovo y el conflicto Israel-Palestina.

Sobre el problema mayor, Irán, las reuniones destacaron, cuanto ha hecho EEYY en la dirección europea, primero al respaldar las conversaciones con Teherán, y el mes pasado abandonando su oposición a involucrarse directamente en las negociaciones si Irán acordaba realizar un paro verificable en sus esfuerzos por enriquecer uranio. Wolfgang Schussel, el canciller de Austria, que ostenta la presidencia rotativa de la UE, consideró la acción de EEUU como “una señal histórica” que ayudó a favorecer la cooperación entre EEUU y la UE.  

Las divisiones que sí salieron a la superficie esta semana implican un segundo escalón de temas fundamentalmente económicos.

Ambas partes discutieron sobre los términos del comunicado final sobre la política de EEUU en relación con los viajes sin necesidad de visados de los nuevos estados miembros de la UE. A pesar de un potente campaña pública, la UE no logró lo que deseaba del señor Bush: un compromiso claro para moverse hacia una reciprocidad plena para que los ciudadanos de los 25 estados miembros puedan viajar a EEUU sin visado. La declaración final se refiere solo a la “necesidad de lograr avances tangibles” en la reciprocidad.

Los líderes de la UE también expresaron su decepción con la negativa mantenida del Congreso de EEUU de permitir un acuerdo de aviación que liberaría los viajes aéreos transatlánticos, al extraer solo otra promesa de la Casa Blanca de tratar de concluir el acuerdo en un breve plazo.

Y mientras que las relaciones con los líderes de la UE nunca habían sido tan cálidas durante la presidencia del señor Bush, la población europea es otro asunto. El señor Bush saltó cuando le preguntaron sobre las recientes encuestas que muestran que los europeos consideran a EEUU una amenaza mayor a la paz global y la estabilidad que regímenes como el de Irán y Corea del Norte.

Al responder preguntas de los reporteros, dijo que los resultados son “absurdos”, y expresó: “Yo no gobierno por las encuestas. Yo solo hago lo que creo es correcto”.

Sin embargo, a diferencia de otros tiempos, cuando los líderes europeos se hubieran asustado de tomar partido por el señor Bush contra su propia opinión pública, se apresuraron en acudir en su defensa. El señor Schussel dijo:  “Creo que es grotesco decir que EEUU sea una amenaza para el mundo, en comparación con Corea del Norte, Irán y otros países”.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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